Por segundo año consecutivo, después de aquella corrida tan brava del 2013, Juan Luis Fraile volvía a Cenicientos. Merecía un coso de mayor rango pero al menos volvió donde triunfó, que no es poco tal y como se las gasta el mundo del toro. El encierro ha sido una escalera, desigual de lámina, y ha ofrecido un juego variado, siempre con el denominador común de la casta, la acometividad, el poderío, la viveza, el sentido, la nobleza a pesar de todas la perrerías y las lidias desastrosas que se hicieron -con algunas honrosas excepciones- y la dureza a la hora de morir. En resumidas cuentas: lo que viene siendo el toro de lidia.
Vazqueño en el blog Dominguillos.
Aquí la crónica:
http://dominguillos.blogspot.com.es/2014/08/juan-luis-fraile-en-cenicientos.html?m=1
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