Viene en seguida, la práctica casi reducida a la de actores menospreciados en la figura de los varilargueros, que ya se percibe que su presencia está a un paso de lo simbólico, pues ha sido común denominador en esta temporada el que las reses recibieran un puyazo(...)
esta parte de la lidia pasa a ser cada vez más un desagradable capítulo que, de no cuidarlo en su esencia, perderá todo valor representativo en los fines que persigue.José Francisco Coello Ugalde en el post "Voces de alarma y cantos de sirena" en la que analiza la temporada en La México
Nota: El post-toreo del toreo sin toro conduce a estos simulacros.
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