-Bombones, arrope, nobles, con clase, humillados, entregados, fijos, arrastrando el hócico, masacrados en varas, donantes de orejas, “ideales para el torero”, para hacer el toreo “bueno” como dicen los taurinos, de verdad, así fueron, en mayor o menor media, los seis novillos de Adolfo Martín lidiados en la curiosa plaza de Arganda del Rey.
-Creo que hasta que no acaben con el monopuyazo, “tres en uno” este espectáculo es inviable, ¿cómo puede salir chorreando sangre un animal por ambos costados que le llega a la pezuña en un sólo encuentro?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario