martes, diciembre 11, 2007

"Un viejo guerrero no tiembla" (el papa negro)

E. Jünger Sacrificio



“UN VIEJO GUERRERO NO TIEMBLA”
( el papa negro)
De “LOS TITANES VENIDEROS” / Ideario último.
(Conversaciones con Ernst Jünger)
- En el verano de 1996 le nombraron Doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid...
- Si, tras el Doctorado por la Universidad de Bilbao. Para la ocasión, en el Escorial, se dictó un seminario sobre mi obra. Tuve la oportunidad de asistir a una corrida de toros y un matador me brindó la muerte de su toro. La corrida es un espectáculo interesante porque pone en evidencia la ligazón del hombre con la vida y con la muerte, con los instintos primigenios, con la naturaleza, con la tierra. Me he preguntado por qué en España se mata al toro, en tanto que en Portugal no lo hacen. Tal vez los españoles sean mas radicales.
Cuando se mata al toro estamos directamente cara a cara con la muerte, que no es pensada e imaginada , sino sentida y percibida de manera inmediata. Tal vez la puesta en escena de ese espectáculo es una manera de vencer el miedo a la muerte que todo ser vivo experimenta. Es, sin duda, una catarsis.
(CATARSIS : Una catarsis o experiencia catártica, es una experiencia interior purificadora, de gran significado interior, provocada por un estímulo externo. Proviene del término griego, katarsis o katharsis que significa purga o purificación, y es un término aceptado por la Real Academia Española.
Es una bella palabra que, tomada de la medicina, la puso en circulación Aristóteles con el significado ético-estético que actualmente tiene. El principio aristotélico de la catarsis viene a decir que la tragedia (la representación teatral) es muy útil porque los espectadores ven proyectadas en los actores sus bajas pasiones y sobre todo porque asisten al castigo que éstas merecen; de esta manera se produce en ellos un efecto purificador. Los espectadores mediante la contemplación de la tragedia y mediante su participación anímica en la misma, someten su espíritu a profundas conmociones que sirven para purgarlo. Se sienten mejores ciudadanos. Esa es la virtualidad catártica que atribuyó Aristóteles a la tragedia.
Katársis tenía dos niveles de significación: el físico-médico y el moral. En el plano físico significaba purificación, purga y poda. En el plano moral llamaban catarsis a la satisfacción o descanso por el cumplimiento del deber y a los ritos de purificación de los que se iniciaban en los misterios. Procede esta palabra de (kazarós), que significa limpio (de aquí derivará la palabra "cátaro"). Limpio de cuerpo y alma; la purificación se hacía mediante sacrificios lustrales. Kaqarma (kázarma) era la impureza, aquello que debía ser purificado, y lógicamente acabó llamándose así a la víctima que se sacrificaba para limpiar a alguien de sus pecados o impurezas.
Los tres grandes elementos purificadores eran el agua, el fuego y la sangre. El más eficaz de todos, este último, era sacrificar alguien como víctima propiciatoria por la comunidad.
Es lógico que cuando se tienen muchos pecados pendientes de lavar, se necesite una víctima con la que celebrar las ceremonias lustrales (según los más antiguos ritos) o una representación dramática mediante la cual los espectadores vacían en el protagonista el mal que tienen en sus espíritus y lo castigan con la misma dureza con que castigan los dioses. De esta manera celebran su catarsis colectiva. Ahora bien, para que esa catarsis sea eficaz se necesitan algunas condiciones rituales o dramáticas mínimas.
Si se trata de ritual, es preciso que la víctima sea valiosa. A nadie se le hubiese ocurrido jamás ofrecer en un sacrificio lustral una víctima enferma o moribunda. Una víctima así, no sólo no tenía la virtud de lavar, sino que producía el efecto contrario. Y si se trataba de la catarsis mediante el drama, era imprescindible que el castigo de los dioses cayese sobre un protagonista en todo su vigor, capaz de desafiar al destino y a los propios dioses. De lo contrario, no se producía el deseado efecto purificador. La lógica interna de los sacrificios pide que la víctima represente el valor de la colectividad que quiere salvarse y purificarse. No tiene ninguna eficacia sacrificar los despojos: eso no lava, mancha.)
NOTA: El 17 de febrero de 1998, faltándole poco mas de un mes para cumplir los 103 años muere en Wilflingen. Las últimas palabras de su último libro, casi autoirónicas, las postreras que publicó, escritas en Wilflingen el 15 de diciembre de 1995:
«El día comienza con autógrafos; mi mujer escoge entre la correspondencia las peticiones. Aún tengo una letra presentable. Un viejo guerrero no tiembla».

10 comentarios:

  1. Magnífico post, maestro.

    La segunda foto (extraordinaria), es de Ramón Masats.

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  2. Si,uste no descansa.

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  3. Frente a la catarsis taurina, la vida reactiva y enmascaradora. Y es que es muy difícil asumir la muerte. Yo, de hecho, no la asumo.

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  4. "No nos educan para el dolor" decía Schopenhauer; ni para la muerte intuyo que quiere decir Jünguer...
    Llego a la conclusión de que algo de todo esto se encuentra en la fiesta de los toros (aparte de la relación con nuestra animalidad)... Una educación...

    Un saludo y gracias por llevarme con Jünguer a la plaza su Santidad...


    Sol y Moscas

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  5. Se trataria de ir a cada sitio (a la plaza de toros ,por supuesto) con el dominio y el secreto de "la palabra y el lenguaje" para descubrir las mentiras de los timadores que sustentan "el poder".
    Le dejo con el final de "la Emboscadura" (un manual de supervivencia imprescindible):

    "El lenguaje no vive de sus propias leyes. Si así fuera, al mundo lo dominarían los gramáticos. En el fondo primordial la palabra ya no es forma, ya no es llave. Se identifica con el ser. Se torna poder creador. Y ahí es donde está su enorme fuerza que jamás podrá ser convertida del todo en moneda. Lo único que aquí hay son acercamientos. El lenguaje habita en torno al silencio así como el oasis se emplaza alrededor del manantial y el poema corroborá que se ha logrado entrar en los jardines intemporales. De esto vive luego el tiempo.

    El lenguaje permanece con la energía de siempre en su quieta fuerza incluso en épocas en la que ha quedado rebajado a la función de medio para técnicos y burócratas; incluso cuando, para aparentar frescura, trata de tomar prestadas palabras a la jerga chabacana. Lo grisáceo, lo polvoriento se adhiere tan sólo a su superficie. Quien cava más hondo llega en cualquier desierto a la napa donde se halla el manantial. Y con el agua sube a la superficie una nueva fecundidad ".
    Un saludo "platónico".
    El papa negro

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  6. Con Jünger me hubiera comido LSD para ir a los toros, asi me hubiera atrevido a gritarle al público:
    "El autentico problema está en que la gran mayoria no quiere la libertad y aun le tiene miedo. Para llegar a ser libre hay que ser libre, pues la libertad es existencia, la libertad es ante todo la concordancia consciente con la existencia y es el placer, sentido como destino, de hacerla realidad".

    Y luego le gritaría al torero:
    "No fracasamos por culpa de nuestros sueños, sino por no haberlos soñado con suficiente fuerza".

    Por lo demás, gracias por su magnifica respuesta y perdone mis desvarios de politoxicomano...

    Sol y Moscas

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  7. Ernst Jünger

    Un pensador contracorriente

    por Antonio Escohotado


    18-02-1998 Ernst Jünger habría cumplido 103 años el 29 de marzo próximo si su prodigiosa salud no hubiese dicho basta unas pocas semanas antes. Hace siete años, cuando le conocí, iba acompañado por su amigo Albert Hoffmann -el químico descubridor de la LSD- y formaban una pareja sorprendente, hasta cierto punto parecida a la de Alonso Quijano y Sancho. Apuró dos vasos de vino en aquella primera cena, y habló de filosofía y de drogas con autoridad deslumbradora.

    A mi juicio -que Jorge Luis Borges compartía expresamente- Ernst Jünger es el mayor prosista del siglo, junto con Marcel Proust, Franz Kafka y el propio Borges. Sólo puedo remitir para ello a obras como Juegos africanos, que describe su experiencia en la Legión Extranjera, donde se enroló a los 17 años, los prodigios expresivos de El corazón aventurero o el extenso fresco de impresiones y reflexiones representado por sus voluminosos Diarios. Pero Jünger no sólo fue un prosista eminente, sino quizá el primer ontólogo de su época...

    Este guerrero redactó una diamantina defensa de la rebeldía y la reconciliación en La emboscadura, que funda «la persona singular soberana» sobre un rechazo a las insidiosas formas modernas de la crueldad, cuando «se han borrado las fronteras entre el servicio militar y el crimen». ...
    Las culturas son casi siempre funerarias, en el sentido de que las personas sólo se hacen respetables al alcanzar un estatuto cadavérico. Es vaticinable, pues, que Jünger inspire ahora comentarios hagiográficos y un recrudecimiento de las críticas, por la parte que pudo corresponderle en el belicismo de los años 20 y 30. Sin embargo, le recordaré siempre como era en vida: un anciano coronado de nieve, gentil y distante, que enseñaba a escribir y a mirar cuando tantos otros le sugerían mandar y ser mirado.

    «El auténtico problema -dijo cierta vez- es que una mayoría no quiere la libertad y aún le tiene miedo. Para llegar a ser libre hay que ser libre, pues la libertad es existencia, concordancia consciente con la existencia, y es el placer, sentido como destino, de hacerla realidad».

    ( Hizo sus experiencias con LSD en compañia del propio Hoffmann y con música de Mozart. Es interesante leer sus experiencias que no le interesaron demasiado. Desde luego mucho menos que la observacion de la vida y sus estudios sobre los coleópteros que siempre le parecieron fascinantes.)
    Un saludo.
    el papa negro

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  8. No niego que no le interesaran más los coleopteros, pero creo que para él las drogas eran una posibilidad más de autoconocimiento, de busqueda de respuestas...
    Con ellas se comportó como el guerrero que era, el que no rehuye batallas...(así se enfrentó con el estremecedor aullido de la nada (Visita a Godenholm))

    Un saludo...

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  9. Si , tiene usted razon, este hombre no se paró ante ninguna faceta del conocimiento.
    Le contaré una anecdota (a lo mejor ya la sabe).
    Movilizado ya con bastante edad en la 2ªG.M. (en la primera fué herido multiples veces y condecorado ) fué destinado al frente del oeste. Se presentó ante su general (inteligente) que le recomendó un sastre italiano para que abandonara el uniforme. Ya de "civil" conoció y discutió con toda la intelectualidad francesa.
    Calificó y clasificó las mejores añadas de borgoña... finalmente, cuando entraron los aliados en Paris y sus compatriotas ponian pies en polvorosa, lo encontraron en el Bois de Boulogne en plena excursion botánica (tenia algun problema taxonómico con las talofitas)... Así, "con un par".
    Un saludo.
    el papa negro

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  10. Gracias por la anecdota, su Santidad. Prueba irrefutable de que se puede estar muy por encima de la estupidez que nos rodea...
    ¡Con un par!

    Sol y Moscas

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