La ciencia guarda sorpresas extraordinarias . Que le pregunten al Dr. Jeckyll... Hoy me entero por la prensa de la existencia "del raton mutante" y he pensado que se le podia dar la vuelta al bueno de Perrault.
Veremos en qué queda el toro mutante: Lo mismo sale una oveja Dolly con mas cojones que el caballo de Espartero.
Veremos en qué queda el toro mutante: Lo mismo sale una oveja Dolly con mas cojones que el caballo de Espartero.
“SOBRE LA CLONACION DE TOROS”(2) (el papa negro)
Disculpen pero hoy estoy “parabólico e infantil”. ¿Les puedo contar un cuento?
“EL GATO QUE SE QUERÍA PONER LAS BOTAS”
-LOS PELIGROS DE LA GENÉTICA- (“A Perrault le joden el cuento”)
....Mientras tanto el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia.
Los guardias, desconcertados por la apariencia del gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y le llevaron ante su señor. Cuando estuvieron sentados, el gato le dijo: «Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león o en “toro artista”.» Halagado, el ogro le dijo que era cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus habilidades y seguidamente en dócil toro de embestir pastueño.
El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño, «en un ratón, ». Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó por la cola y se lo quiso comer.
Pero “el gato que se quiso poner las botas” desconocía que ante sí tenia un ratón transgénico:
Manipulando los genes para desactivarle funciones del bulbo olfativo (el área del cerebro que recibe informaciones sobre los olores) los investigadores crearon un ratón sin miedo que “se crece” y no huye de sus predadores. Un verdadero ratón espartano!... que primero le dio al gato hasta en el carnet de identidad y después le hizo proposiciones deshonestas. No se asusten, estos cuentos siempre acaban bien :EL GATO y EL RATON terminan felices y enamorados e inscritos “como pareja de hecho” para tener derechos sociales...
Y así termina el cuento de “la corrida genética”.
Disculpen pero hoy estoy “parabólico e infantil”. ¿Les puedo contar un cuento?
“EL GATO QUE SE QUERÍA PONER LAS BOTAS”
-LOS PELIGROS DE LA GENÉTICA- (“A Perrault le joden el cuento”)
....Mientras tanto el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia.
Los guardias, desconcertados por la apariencia del gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y le llevaron ante su señor. Cuando estuvieron sentados, el gato le dijo: «Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león o en “toro artista”.» Halagado, el ogro le dijo que era cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus habilidades y seguidamente en dócil toro de embestir pastueño.
El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño, «en un ratón, ». Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó por la cola y se lo quiso comer.
Pero “el gato que se quiso poner las botas” desconocía que ante sí tenia un ratón transgénico:
Manipulando los genes para desactivarle funciones del bulbo olfativo (el área del cerebro que recibe informaciones sobre los olores) los investigadores crearon un ratón sin miedo que “se crece” y no huye de sus predadores. Un verdadero ratón espartano!... que primero le dio al gato hasta en el carnet de identidad y después le hizo proposiciones deshonestas. No se asusten, estos cuentos siempre acaban bien :EL GATO y EL RATON terminan felices y enamorados e inscritos “como pareja de hecho” para tener derechos sociales...
Y así termina el cuento de “la corrida genética”.
Hay ratones...y ratones:
ResponderEliminar"Joselito,que vestía un pijma flamante, colocó en la mesilla el recado de escribir, sentóse y dijo, sonriendo con amabilidad:
- A su disposición. Pregunte usté lo que quiera, que yo le contestaré con muchísimo gusto.
- ¿A todo?
_¿Por qué no? A usté, a todo. Pregunte y lo verá.
-Pues vamos verlo. ¿Le gusta a usted torear ganado chico? ¿Le exige usted toros chicos a las empresas?...Mucha gente lo cree. Dicen que como usted es el "Guerrita" de ahora,hace lo que "Guerrita" hacía. ¿Es verdad?
- ¡Qué ha de ser verdad! Esas son cosas de los enemigos que tiene uno en la afisión. No es que yo baile de alegría si me suertan un elefante ni que yo pida elefantes... ¿Pa qué voy a desir uan tontería? ¡Pero pedir ratones!...Si es "contraprodusente", señor.
(...)Entre el chico y el grande me quedo con el grande(...) Mire usté: los toros más grandes que he matao este año, menos uno, son los que han valío más parmas, y eran de Miura y Pablo Romero.(...) Y en cambio los más chiquitines...¡No me quió acordá! Seis purgas de Sartiyo, que me cabían entre las piernas, sin cuernos, sin carnes, como espátulas..Er público, indirnao, de chufla: "Míralo con telescopio". "¡Qué seis fieras te vas a cargar!". Y yo, cabreadísimo, sudaba sangre y me estaba viendo con una corná de las gordas ensima, porque cada bicharraco de aqueyos, por su podé y sus intensiones, tenía tanto que matá como seis toros.
- ¿Fué la corrida de Salamanca?
- Justo. La de Salamanca. La más difisi que me ha tirao al cuerpo, la más dura, la más peligrosa...Aquéyos ratones que me dieron sesenta palos y que corrían, con dos estocás en el cuerpo, con la mismita agilidá que los bailarines, mientras la gente se reía de mí, no "me se" orvidará.
"Lo que confiesan los toreros", de J. López Pinillos (Parmeno), con prólogo de Joaquín Vidal.
Oselito.