“El enemigo está en casa ¿De quién es la culpa?”
Francisco Ossorio Cumplido, aficionado
Buena pregunta ante el lamentable estado que luce la llamada Fiesta nacional. Nos hacemos esta pregunta desde un punto de vista positivo y siempre constructivo.
Sabemos que la Fiesta no goza de su mejor momento y que hay muchas personas e instituciones que quieren acabar con ella como sea, bien aduciendo aspectos, llamémosles ecologistas o bien desde posturas contrarias a todo lo que huela a “Nacional”. Estas posturas son las que menos miedo me dan, si bien hay que tenerlas siempre presentes y luchar contra ellas de una forma cabal y más inteligente que ellos. A mi los que de verdad me dan miedo son los que están o estamos dentro de este lío, creo que son los peores enemigos de la Fiesta. El enemigo está en casa.
Creo, desde lo más profundo de mi ignorancia, que el enemigo de la Fiesta, son o somos entre otros :
*Los toreros “acomodados” porque exigen lo que no deben y muchas veces quitan sitio a otros que empiezan a despuntar. Por supuesto acompañados al compás por sus apoderados y veedores.
*Los profesionales de las cuadrillas que o por no saber o por no querer machacan las reses en vez de darles la lidia adecuada.
*Los toreros “rosas” porque confunden su vida privada con su profesión y además cobran por ambas facturas.
*Los ganaderos que pasan por las exigencias de los toreros “acomodados” y “rosas”, calificativos que normalmente conviven en este tipo de toreros.
*Los ganadero que sólo buscan el “duro”, ahora “euro”, a través del llamado toro comercial o artista en vez de intentar buscar la casta.
*Los empresarios que acceden a las exigencias de los anteriores.
Los que son a la vez empresarios-ganaderos-apoderados, todo mezclado y batido como si fuera un “gazpacho” que intercambian toros y toreros como si de cromos se tratara.
*Los empresarios que hacen Ferias a su medida sin contar con los aficionados, que somos los que pagamos.
*Los empresarios que no fomentan la afición entre los más jóvenes, con precios desorbitados y sin ayudas, para que estos puedan acceder a las plazas de toros.
*Quienes les gustaría que los buenos aficionados y por ello exigentes, desaparecieran de los tendidos.
*Los presidentes y veterinarios que no cumplen y hacen cumplir lo reglamentado.
*La Administración por no adoptar medidas de fomento de la Fiesta.
*la Administración cuando pone dinero público y no exige.
*La Administración cuando no controla y sanciona las infracciones.
*Los medios de comunicación por no difundir, salvo raras excepciones, la Fiesta.
*Los periodistas que por intereses oscuros en vez de informar desinforman.
Podríamos enumerar más enemigos, pero para no extenderme demasiado y para ir finalizando, voy a relacionar de forma conjunta un rosario de ellos :
“Los ponedores, los reventas, los caballitos blancos, “la salsa rosa, los famosillos” los abonos de compromiso, “los clavelitos en la solapa, los wiskis en la barrera, los canapés, el jamón, las gambas...el dejarse ver”, “los enteraos, los que no se enteran, los que no se enteran nunca, los que no se quieren enterar”, una Feria de Sevilla o un San Isidro mal llevados, “los ladrillos, y el cemento”, y un largo elenco de circunstancias, personajes y personajillos, que pululan como moscones alrededor de la Fiesta para ver en que mierda se pueden posar y alimentarse, a ser posible transmitiendo alguna enfermedad al que está al lado y contaminando la Fiesta.
Dejo para terminar, el más importante y creo mayor culpable de todo, entre los que creo hallarme y por ello entono el mea culpa, por ser consentidores de lo que sucede y no castigar a quien se lo merezca con la fuerza de nuestra indiferencia, que no es otro que el VERDADERO AFICIONADO, el que paga religiosamente, el que hace más kilómetros que el baúl de la Piquer, el que siempre acude a las actividades y festejos taurinos, en todas sus facetas (corrida, novillada, promoción, tienta, conferencia, exposición, entrega de trofeos, presentación de revistas, a visitar a un torero herido, al campo donde se crían las reses de lidia, etc, etc...) que mantiene la esperanza de poder vislumbrar un rayito de esperanza para la Fiesta.
¡Ah y por supuesto el único que no tiene la culpa de nada es EL TORO!
Francisco Ossorio Cumplido, aficionado
Buena pregunta ante el lamentable estado que luce la llamada Fiesta nacional. Nos hacemos esta pregunta desde un punto de vista positivo y siempre constructivo.
Sabemos que la Fiesta no goza de su mejor momento y que hay muchas personas e instituciones que quieren acabar con ella como sea, bien aduciendo aspectos, llamémosles ecologistas o bien desde posturas contrarias a todo lo que huela a “Nacional”. Estas posturas son las que menos miedo me dan, si bien hay que tenerlas siempre presentes y luchar contra ellas de una forma cabal y más inteligente que ellos. A mi los que de verdad me dan miedo son los que están o estamos dentro de este lío, creo que son los peores enemigos de la Fiesta. El enemigo está en casa.
Creo, desde lo más profundo de mi ignorancia, que el enemigo de la Fiesta, son o somos entre otros :
*Los toreros “acomodados” porque exigen lo que no deben y muchas veces quitan sitio a otros que empiezan a despuntar. Por supuesto acompañados al compás por sus apoderados y veedores.
*Los profesionales de las cuadrillas que o por no saber o por no querer machacan las reses en vez de darles la lidia adecuada.
*Los toreros “rosas” porque confunden su vida privada con su profesión y además cobran por ambas facturas.
*Los ganaderos que pasan por las exigencias de los toreros “acomodados” y “rosas”, calificativos que normalmente conviven en este tipo de toreros.
*Los ganadero que sólo buscan el “duro”, ahora “euro”, a través del llamado toro comercial o artista en vez de intentar buscar la casta.
*Los empresarios que acceden a las exigencias de los anteriores.
Los que son a la vez empresarios-ganaderos-apoderados, todo mezclado y batido como si fuera un “gazpacho” que intercambian toros y toreros como si de cromos se tratara.
*Los empresarios que hacen Ferias a su medida sin contar con los aficionados, que somos los que pagamos.
*Los empresarios que no fomentan la afición entre los más jóvenes, con precios desorbitados y sin ayudas, para que estos puedan acceder a las plazas de toros.
*Quienes les gustaría que los buenos aficionados y por ello exigentes, desaparecieran de los tendidos.
*Los presidentes y veterinarios que no cumplen y hacen cumplir lo reglamentado.
*La Administración por no adoptar medidas de fomento de la Fiesta.
*la Administración cuando pone dinero público y no exige.
*La Administración cuando no controla y sanciona las infracciones.
*Los medios de comunicación por no difundir, salvo raras excepciones, la Fiesta.
*Los periodistas que por intereses oscuros en vez de informar desinforman.
Podríamos enumerar más enemigos, pero para no extenderme demasiado y para ir finalizando, voy a relacionar de forma conjunta un rosario de ellos :
“Los ponedores, los reventas, los caballitos blancos, “la salsa rosa, los famosillos” los abonos de compromiso, “los clavelitos en la solapa, los wiskis en la barrera, los canapés, el jamón, las gambas...el dejarse ver”, “los enteraos, los que no se enteran, los que no se enteran nunca, los que no se quieren enterar”, una Feria de Sevilla o un San Isidro mal llevados, “los ladrillos, y el cemento”, y un largo elenco de circunstancias, personajes y personajillos, que pululan como moscones alrededor de la Fiesta para ver en que mierda se pueden posar y alimentarse, a ser posible transmitiendo alguna enfermedad al que está al lado y contaminando la Fiesta.
Dejo para terminar, el más importante y creo mayor culpable de todo, entre los que creo hallarme y por ello entono el mea culpa, por ser consentidores de lo que sucede y no castigar a quien se lo merezca con la fuerza de nuestra indiferencia, que no es otro que el VERDADERO AFICIONADO, el que paga religiosamente, el que hace más kilómetros que el baúl de la Piquer, el que siempre acude a las actividades y festejos taurinos, en todas sus facetas (corrida, novillada, promoción, tienta, conferencia, exposición, entrega de trofeos, presentación de revistas, a visitar a un torero herido, al campo donde se crían las reses de lidia, etc, etc...) que mantiene la esperanza de poder vislumbrar un rayito de esperanza para la Fiesta.
¡Ah y por supuesto el único que no tiene la culpa de nada es EL TORO!
Nota: Artículo publicado en la edicción del 2004 de la revista de la Asociación Taurina Cerro de San Albín
Nota1: Darlas gracias a Pedro por enviarnos el artículo y la foto.
Foto: Etienne Barbazan (toro de Ramón Flores)
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