"La tarde de ayer será de las que se recuerden. Cuando hayan pasado los años y peinemos canas recordaremos la tarde en la que "Mulillero", uno de los toros mas bravos y fieros que recuerdo, después de tomar tres puyazos de largo, fue su matador Luis Miguel Encabo y pidió que le pegaran un cuarto puyazo desde los medios con el regatón. Cuando el toro, tras llamarlo su picador, Rafael Da Silva, acudió raudo, la plaza era pura emoción. Emoción por la fiesta, por la casta, por la bravura de un toro ¡Esto es la fiesta! Y todo gracias a su matador. Demostró ser aficionado. Parece una incongruencia, pero desgraciadamente es una realidad. La mayoría de los toreros no tienen afición, o por lo menos no lo demuestran. Encabo si. Habitualmente está siempre pendiente de la lidia y tiene muchos detalles del gusto de la afición venteña. Lució totalmente al toro. Hizo lo que los aficionados pedimos constantemente. Nos enseñó al toro. (...)"
Foto : Juan Pelegrín
¡Así fue, un reconocimiento a ese gesto de TORERO, así como al presidente que lo permitió Muñoz Infante, al picador que ejecutó la suerte Rafael da Silva...y al ganadero que nos crió ese TORO ÍNTEGRO Y CON TRAPÍO,"MULILLERO", que transmitió EMOCIÓN AL MÁXIMO NIVEL a los tendidos con su CASTA Y SU BRAVURA en la SUERTE DE VARAS...Las Ventas puesta en píe, las palmas echando humo, irrepetible, inenarrable, inolvidable día 2 de mayo...ASÍ SE HACE AFICIÓN, ESA ES LA RUTA...pero para eso SÓLO hace falta, ¡casi ná! TORO, TORERO, PRESIDENTE Y AFICIÓN
ResponderEliminarPgmacias
No sé si Encabo volverá a ser tan generoso en otras ocasiones. A la muerte del gran "Mulillero" recibió fuertes abucheos, y, aunque tenga el reconocimiento de la afición -yo se lo agardecí en persona- quizá él sienta haber pecado de ingenuo.
ResponderEliminarEl problema que tienen los toreros actuales es que, si llegan a lucir al toro en el caballo, después la gente quiere que lo toreen, y muchos no saben o no pueden. La solución que han encontrado algunos es no dejar ver al toro. Eso no es una falta de "generosidad" sino una inmoralidad y una falta de torería, pero a muchos no se les puede pedir más.
ResponderEliminarPor eso me parece tan loable la actitud de Encabo de lucir al toro en el caballo y medir la bravura, y espero que no caiga en la deshonestidad de tomar como un "favor a los aficionados" el simplemente cumplir con su deber de torero. Otros lo hacen y no les faltan los contratos ni la corte de aduladores indocumentados que les celebran pero ojalá que Encabo no necesite caer en eso.
En aquella ocasión yo escribí esto:
ResponderEliminarEl mejor toro de la tarde fue el segundo, de nombre Mulillero, al que tampoco consiguió Encabo dar una sola verónica limpia de recibo pero sí tres chicuelinas ajustadas en un quite del que salió de milagro sin perder el capote, que acudió cuatro veces al caballo con una alegría inusitada y el picador Rafael da Silva supo administrar un tercio de varas digno de la ovación y los aplausos que recibió y hubo de saludar por ello castoreño en mano.
La cuarta vara fue simulada, pues el presidente había cambiado el tercio y da Silva recibió al toro con la parte de la vara sin punta, en un interesante simulacro que yo nunca antes había visto.
El toro, bravo y encastado era noble y llegó a la muleta después de un tercio de banderillas que le recetó el propio matador a toro pasado, sobre todo el primer par, muy descarado, recordamos el tercero como el más meritorio y ajustado, realizado por los adentros.
No fue capaz Encabo de mandar durante la corta faena realizada a Mulillero con lo que el toro quedó inédito en este tercio (sin torear) y le mató de un bajonazo indigno de un toro de su categoría, que mereció la vuelta al ruedo, denegada por la desidia presidencial.
Así pues, es uno de los muchos casos en que hay toro y falta torero.
Totalmente de acuerdo con Jandro.
ResponderEliminarEsa fué la realidad.
A Encabo se le abucheo y silvo por la faena de muleta y el bajonazo. En la lidia fué ovacionado y ningún aficionado le niega su buen hacer hasta el tercio de muleta.
BRAGAOMEANO.