miércoles, junio 03, 2015

Sobre Robleño


El más noble fue el segundo, pero solo a base de tragar Robleño paquete sin cuento. Sin trampa ni cartón. Una decisión soberbia, porque, de partida, el toro, más frío que los demás, se vino andando y, al llegar a engaño, se frenaba. Fue el de mejor nota en el caballo, lo lidió muy bien Raúl Ruiz y pareció entregarse en una tanda estupenda de doblones con que Robleño abrió faena.
Faena de calado, temple, valor y bíblica paciencia, pues solo en la quinta y hasta sexta tandas, y enganchado por el hocico, quiso el toro en serio. No servía el toreo de toques sino el otro. El de ganar un paso y correr a pulso la mano: el temple. Bonita y seria faena. ¿Algo larga? Una excelente estocada. Ovación cerrada cuando Robleño salió a saludar al tercio. Por faenas y estocadas de mucho menos mérito se han pedido y concedido en San Isidro unas cuantas orejas. El público mutante de Madrid.

Barquerito

Nota: A la pregunta de Barquerito sobre si la faena fue algo larga, la respuesta es si.

foto: andrew Moore

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