jueves, junio 11, 2015

Indalecio Prieto iba a los toros (Luis Yanez Barnuevo)


En los congresos del PSOE de principio de siglo se aprobaba siempre una resolución exigiendo la abolición de las corridas de toros. Un veterano militante me contaba hace unos años cómo él, joven socialista y aficionado al arte de Cúchares, osó asistir camuflado a una Corrida en Las Ventas y se encontró, perplejo, la oronda humanidad de don Indalecio Prieto en primera fila de barrera, deleitándose con la faena de una de las figuras de la época.En los tiempos actuales no sólo no se presentan resoluciones de tal corte en nuestros congresos, sino que son los senadores y diputados socialistas los más interesados en crear comisiones para una racional regulación de la fiesta y, por supuesto, nadie se esconde para ver una corrida.
(...)
En el espléndido momento de renacimiento cultural que está viviendo España, y en el formidable reencuentro de las clases populares con las fiestas sevillanas que se ha producido en los últimos años, sería importante recuperar el diálogo de los intelectuales y del universo político con el mundo taurino, que tanto dio que hablar y que escribir en los años treinta.
Los Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Sebastián Miranda o Federico García Lorca mantenían una fluida corriente de comunicación espiritual con los Belmonte, Domingo Ortega, Ignacio Sánchez Mejías,,como años después ocurriera con Picasso y Luis Miguel Dominguín, sin que esa bella tradición se mantenga en nuestros días, pero algo hay en el ambiente que me dice que estainos en los albores de una nueva edad de oro del diálogo taurino-intelectual que rescata a la fiesta de la influencia señoritil y hortera que tan negativa impronta le produjo en los años cuarenta y cincuenta, y de nuestra intelectualidad la necesaria dimensión popular que la tradicional fiesta representa.

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