jueves, octubre 28, 2010

Un ataque de cuernos en Marte (Paz Domingo)

Lo más significativo es la incapacidad de los organizadores en la exposición final. Resulta imposible que los no asistentes al acto (como yo misma por ejemplo) nos pudiéramos enterar de lo que ha sucedido durante estos días taurinos en Angra do Heroismo y Praia da Vitoria, dos localidades de la Isla Terceira, y sobre todo pudiéramos entender que este congreso reúne las condiciones necesarias de credibilidad en tiempos de crisis. A los que no ha llegado esta retahíla de ideas sin hilar, sin concretar planes de actuación enérgicos, sin abordar los problemas fundamentales de la Fiesta y sin afrontar la verdad de su materia prima -que es el toro de lidia- nos demuestra a ciencia cierta que los ganaderos de bravo viven muy bien en otro planeta, con sus ataques de cuernos en el “apoyo a la Tauromaquia”, según dicen, pero sin abordar con decisión y prontitud el descastamiento de la cabaña brava, de su culpabilidad en el manoseo infame que han hecho de las entrañas bovinas, en los productos borreguiles y artistas que quieren rentabilizar en pelotazos, del enfundamiento ilegal y obsceno con los que han tocado al animal más hermoso y singular de la creación, de cerciorarse que no les afearán conductas afeitadoras o reparadoras, de asegurarse en chapuzas de promoción de dehesas inundadas de caricaturas desnaturalizadas que algún día fueron seres altivos y poderosos. Desde Marte y desde este lado mundano, los ganaderos confunden los refranes y no aplican la gramática correctamente. A saber. Sujeto: Ellos mismos. Verbo: tomar. Predicado: al toro por los cuernos. No bastan las sutiles denuncias de las presiones a las que están sometidos, ni los riesgos que deben asumir como empresarios que son. Es necesario un plan de actuación que aborde ya la regeneración verdadera.

1 comentario:

  1. El Capitán Alatriste28/10/10 8:32 p. m.

    Completamente de acuerdo con Paz Domingo. Yo agarré un dolor de cabeza monumental cuando leí las "conclusiones Terceiras". E insisto, ¿para esta parida tienen que irse hasta Las Azores, tierra -como bien sabemos- de histórica tradición ganadera?

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