viernes, julio 30, 2010

A cada cual, lo suyo. Epitafios diversos sobre un mismo esperpento (Eneko Andueza)

En El Chofre. Les enlazo y copio el inicio:
Estimado y sufrido lector, este humilde aficionado te ofrece con simpatía unos simples epitafios, más bien fabulillas o sucedidos sobre un mismo esperpento, ahora llamado “cuestión catalana” para tu reflexión de lo sucedido.
Advierto que por lo visceral y por lo espeso no sólo pudiera provocar cierta ira, sino también algo de somnolencia.
Dicho esto, recomiendo se abstengan de su lectura nacionalistas catalanes, animalistas sin escrúpulos, políticos advenedizos, nostálgicos del régimen franquista y gente varia que apoya la abolición de la tauromaquia pero que como foie en eventos varios y comidas familiares.
Al resto, especialmente si son aficionados a los toros, que lo disfruten.

1 comentario:

  1. Albert Boadella en "ABC" (18/04/2004)

    Entre otras cosas decía....Acusa de fariseos a quienes, horrorizados por las crueldades taurinas, piden que se cierren las plazas y no tienen empacho, sin embargo, en atragantarse de sabrosas butifarras catalanas. ¿Qué requiere la elaboración, en la actualidad, de esta exquisita delicatessen mediterránea? Que diez millones de cerdos vivan "toda su existencia en apenas dos metros cuadrados, mientras intentan equilibrar constantemente sus patas sobre unas rejas por las que fluyen los excrementos. Su único movimiento posible se reduce a inclinar ligeramente la cabeza para comer pienso, ya que el transporte al matadero se efestúa en idénticas condiciones". No sólo los cerdos son brutalmente torturados para satisfacer el caprichoso paladar de los humanos. Prácticamente no hay animal comestible que, a fin de aumentar el apetito y el goce del comensal, no sea sometido, sin que a nadie parezca importarle mucho, a una barroca diversidad de suplicios y atrocidades, desde el hígado artificialmente hinchado de las aves para producir el sedoso paté, hasta las langostas y los camarones que son echados vivos al agua hirviendo porque al parecer, el espasmo agónico final que experimentan achicharrandose condimenta su carne con un plus especial, y los cangrejos a los que se amputa una pata al nacer para que la otra se deforme y agigante, y ofrezca más alimento al refinado degustador.
    Boadella hace también mención a la caza y la pesca, pero no voy a transcribir su artículo en su totalidad para no extenderme demasiado.

    Cordiales saludos

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