El volapié de Mazzantini era absolutamente perfecto, y dentro de esta suerte no puede darse nada más notable y artístico. Trataremos de describirlo.
Colocado el matador en el centro mismo de la suerte, a buena distancia, pero nunca exageradamente cerca, plegaba sumariamente la muleta con un movimiento de muñeca, rotatorio, pausado y elegante, y de repente, sin otra señal iniciadora de avance y sin adelantar un ápice la mano izquierda, caía sobre el toro con rapidez arrogante, escondía el estoque en el morrillo hasta la empuñadura, retiraba la mano cuando tropezaban las guardas con la piel del animal, y a favor del ímpetu adquirido y de lo poco que el toro hiciera por él, se encontraba en la cola y de cara al sitio de donde acababa de partir.
Preparación artística, varonil y dominadora, ataque violento y lleno de decisión, momento de herir y cruce de salida de valiente y de maestro, salida limpia, rozando los costillares y con todos los pies. He aquí el volapié de Mazzantini, conforme a todos los preceptos de Montes acerca de esta suerte(...)
F. Bleu (Antes y depués del Guerra)
Nota: Compárese con la estocada de Frascuelo que describe el mismo F. Bleu (o con en Julipié que describe Joaquin Monfil)
No hay comentarios:
Publicar un comentario