Leo en el blog de Rosa que la Mesa del Parlamento de Cataluña ha admitido a trámite una Iniciativa Legislativa Popular que tiene como finalidad prohibir las corridas de toros en esa comunidad autónoma.
Despúes de llevar años echando a la gente de las plazas, despúes de vender una paupérrimo espectáculo a precio de lujo, se ha llegado a la actúal situación.
Ahora los aficionados salen en defensa de la fiesta...Pero ¿Qué fiesta defendemos?. Si lo que quieren es mantener ese espectáculo fraudulento, ese medio-toro humillado, ese mangoneo constante, que no cuenten, al menos, conmigo.
Los intentos abolicionistas no proceden de una supuesta o real decadencia de la tauromaquia. Tienen una causa política.
ResponderEliminarEn unos casos procede de la asimilación de ciertos tópicos ecologistas. Del psedofranciscanismo al sentimiento de piedad hacia los animales (Esto último es, en principio,comprensible)
En el caso del nacionalismo catalán, el prohibicionismo de las corridas, procede básicamente del rechazo de todo lo que es español. Que nadie se engañe. No es se debe a una reacción contra la pureza de la fiesta. Así son las cosas.
Aunque volviesen Pedro Romero y Cayetano Sanz. Aunque toreasen Lagartijo y Frascuelo. Aunque estuviésemos en los tiempos de Juan y José, los nacionalistas catalanes defenderían la prohibición de las corridas.
Por la sencilla razón de que asocian los toros a la tradición y a la cultura españolas. Nada más.
Saludos.
Yo también creo que son guerras diferentes, por eso prefiero utilizar la poca munición existente en la guerra que nos interesa o dicho de otra manera si el barco se hunde por los agujeros abiertos desde dentro, muy poco me importa que me tiren piedras desde la orilla.
ResponderEliminarMuy acertados Costi y Lesaca, pero no deja de ser un importatísismo impedimento para la defensa de la fiesta la actual situación de deterioro de sus auténticos valores.
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