Física de partículas: "La partícula Tomás" (el papa negro)

Javier: Leo cosas de física de partículas intentando comprender el gran acelerador del CERN y el terremoto de Barcelona. Cuesta trabajo, pero he llegado a la conclusion de que si sustituyes la partícula Higgs por la partícula Tomás se producen sinergias y concordancias notables.

"Tanto esfuerzo pa ná", me ha dicho un castizo que siempre lleva razón.

Un abrazo.

FISICA DE PARTÍCULAS: “La partícula Tomás”
Al sacudir una substancia cualquiera, vibra. Las vibraciones de campos eléctricos y magnéticos, por ejemplo, son la luz. A un nivel elemental, las vibraciones son CUANTOS, no cuentos, entes que pueden comportarse como ondas (u olas) o como partículas (o canicas): fotones, en el caso de la luz cegadora del arte, u objetos arrojadizos. Ambivalencia crítica.
Si el vacío es una substancia, la podemos también hacer vibrar. Basta sacudirla, como hará el LHC, con energía suficiente como para transformar la energía de sus colisiones en partículas de Tomás que, si existen, tienen una masa elevada... y energía ( E=mc2, alguien dijo).
El vacío es algo lleno de cosas que no conocemos y nos hacen vacilar a unos y vibrar a otros.
La partícula de Tomás- “el vacilón”, podría decirse en castellano- es una vibración del vacío taurino, no en el vacío, como las demás. Es otra cosa: Sería, pues, lo nunca visto en la física taurina. Aún así, Tomás preferiría que no bautizasen a su partícula “partícula maldita” o “partícula divina”, adjetivos poco científicos , pero de gran resonancia mediática.
El vacío siempre fascinó a los físicos. Hace un siglo se trataba del éter , la interpretación del vacío como la trama del espacio absoluto, que la teoría de la relatividad envió al garete.
El éter no estaba apoyado por ninguna teoría decente. Un siglo después, las nuevas teorías del vacío son lo más razonable y mejor comprobado que tenemos. Pero hay un pequeño gazapo en lo que he dicho. Creemos entender el “Modelo Estándar Taurino” suficientemente bien como para estimar cuánto el campo de Tomás debería de contribuir a la densidad de energía del vacío observada por los taurinos cósmicos (no cómicos, que también). El resultado es unos 54 (¡cincuenta y cuatro!) órdenes de magnitud superior a las observaciones fiables tomadas en las vibraciones de Barcelona. (Sin el factor toro que sigue una órbita rotatoria/no gravitatoria independiente.- Constante Tufillo- descrita por SOLyMOSCAS.) Tiene su mérito incurrir en tamaña contradicción. Así el calibre del revuelo.
Si investigamos es porque no sabemos la respuesta y la naturaleza, sí: Las cosas son como son y no lo que parecen. El vacío es lo que mejor no entendemos. Ni siquiera comprendemos aún a fondo la diferencia entre el vacío y la nada de ahí nuestra perplejidad.