Hechos son amores y no buenas razones
No ofende quien quiere sino quien puede
A buen entendedor con pocas palabras bastan
No ofende quien quiere sino quien puede
A buen entendedor con pocas palabras bastan
Me desmarco de la opinión generalizada de intentar evitar las guerras intestinas, no se puede intentar evitar que llueva o haga sol, es tan normal como en ocasiones desagradable, me cuesta mucho hablar de este tema porque no soy nadie para decirle a nadie lo que tiene que hacer ni decir, lo que diré será mi opinión que no sólo será criticable sino que es lo ruego encarecidamente que lo hagáis, en esto de los toros, o mejor dicho del maravilloso mundo de la Afición a los Toros, todos tenemos amigos y conocidos, conocidos que te caen bien que a su vez se dividen en los que te caen sólo bien y los que te caen de puta madre, conocidos que conoces poco y conocidos que te caen mal, que se dividen en los que te caen mal y en los que te caen peor, generalmente llamados gilipollas. No por estar en alguna de estas categorías se sabe más de toros, esta clasificación es válida para otras aficiones como la cría del berberecho salvaje en cautividad y las carreras de saco.
Cada uno con nuestro carácter tenemos unos límites personales, y discutimos con mas o menos vehemencia, por la naturaleza de nuestra afición, somos aficionados a un mundo tan fascinante como podrido, en el que nuestro papel es tan importante como poco agradecido y además que coño, esto es una afición, lo hacemos por voluntad propia no por obligación, y el día que nos canse lo mandamos al carajo y seguimos con nuestras vidas tan ricamente, es casi lógico hastiarse, a mi me ha pasado con otra afición que tengo.
Los grandes disgustos suelen ser no tanto por algo que sabemos podrido, sino por desilusiones personales, cuando alguien que creíamos amigo, además de compañero, nos traiciona, cuando alguien en quien teníamos puesto esperanzas nos las quita todas. Yo no doy billetes para el autobús, nadie los da, yo sólo elijo mis compañeros de asiento, igual que ellos me elijen a mí, es normal que vayamos reorganizando poco a poco, y quienes van sentados adelante se pasan atrás o al medio, incluso que algun@ se baje y se monte en otro, aunque intente alternar uno y otro, pero como no se puede estar en misa y repicando, igual que no se puede tirar la piedra y esconder la mano, al final se cumple aquello de el amor y el interés se fueron al campo un día y mas pudo el interés que el amor que te tenía.
Cada uno con nuestro carácter tenemos unos límites personales, y discutimos con mas o menos vehemencia, por la naturaleza de nuestra afición, somos aficionados a un mundo tan fascinante como podrido, en el que nuestro papel es tan importante como poco agradecido y además que coño, esto es una afición, lo hacemos por voluntad propia no por obligación, y el día que nos canse lo mandamos al carajo y seguimos con nuestras vidas tan ricamente, es casi lógico hastiarse, a mi me ha pasado con otra afición que tengo.
Los grandes disgustos suelen ser no tanto por algo que sabemos podrido, sino por desilusiones personales, cuando alguien que creíamos amigo, además de compañero, nos traiciona, cuando alguien en quien teníamos puesto esperanzas nos las quita todas. Yo no doy billetes para el autobús, nadie los da, yo sólo elijo mis compañeros de asiento, igual que ellos me elijen a mí, es normal que vayamos reorganizando poco a poco, y quienes van sentados adelante se pasan atrás o al medio, incluso que algun@ se baje y se monte en otro, aunque intente alternar uno y otro, pero como no se puede estar en misa y repicando, igual que no se puede tirar la piedra y esconder la mano, al final se cumple aquello de el amor y el interés se fueron al campo un día y mas pudo el interés que el amor que te tenía.
Pdta: Yo quiero ir sentado junto a la panda del Chofre.
Yo también quiero seguir sentado en ese mismo sitio.
ResponderEliminarBien Costi, bien, me ha gustado lo que llevabas dentro y como lo has sacado a pasear.
Un abrazo
Pgmacias