¡ Vaya sorpresa que se llevarían!, enchiqueran un torito de Juan Pedro Domecq en los chiqueros de la plaza de Córdoba, por supuesto, con sus pitones intactos; pero luego salta al ruedo con los pitones abiertos como escobas y sangrando del hocico.
¿Sería un sabotage?; la mala suerte se cebó en Ponce y Juan Pedro Domecq.
¿qué no se lo creen?, pues lean.
Nota: En la página "innombrable" hay fotos del torito de marras. Eso si, yo no les enlazo.
¿Sería un sabotage?; la mala suerte se cebó en Ponce y Juan Pedro Domecq.
¿qué no se lo creen?, pues lean.
Nota: En la página "innombrable" hay fotos del torito de marras. Eso si, yo no les enlazo.
Nota añadida: He vuelto a leer el artículo, esos "extraños hechos" quizás puedan interesar a Iker Jiménez.
Que sorpresón!, mira que el torero y la ganadería jamás hubiesen levantado sospecha.
ResponderEliminar¡La culpa fue del mayoral,
sí fue del mayoral...! (léase a ritmo de la famosa canción de Gabinete Caligari)
Eso he pensado yo, llegan a ser otros...y ya estarían todos los "talibanes" sospechando extrañas manipulaciones.
ResponderEliminarJavier dos para saber por donde andamos referente a la innombrable.
ResponderEliminarEn el reportaje fotográfico de la tarde censuran las fotos del torete. Segundo como torea quien torea sobre todo el Ponce, ponen los artículos de la ley que culpan al ganadero de lo que le ha pasado a los toros. Nada de quien los manda pasar por el barbero, así desvían la atención en vez de los figurines de época sobre el ganadero. Que rápido ha aprendido el Marriano.