lunes, mayo 30, 2011

Sobre Ortega Cano




"Cómo toreó Ortega Cano al cuarto toro. ¡Cómo toreó! Cualquiera que estuviese en la plaza y no conociera la biografía del torero, habría jurado que es de Ronda se llama Cayetano. Y no: es de Cartagena y se llama José. (...)
Era un toro de una vez, con trapío muy serio y agresivo de pitones. Es decir, un toro importante. Llegó noble y encastado al último tercio y admitía faena, como luego se vio, pero había que hacérsela. Había que plantearla en el terreno preciso y cogerle el ritmo, que es el temple del toreo. El terreno lo fijó Ortega Cano en los medios y el ritmo fue suyo en cuanto le embarcó en una tanda de redondos, de asombrosa ejecución.
La plaza ya se desbordaba en entusiasmo cuando Ortega Cano cuajó esos redondos y loquita la volvió al recrear el toreo natural en su versión más pura. ¿Loquito estaba el público? Pues más fuera de sí lo puso el artista cartagenero con los muletazos con que devolvió el toro al tercio, y allí, con otra serie de redondos, cruzándose en el cite, parando en el embroque ; mandando en el semicírculo del viaje; vaciando detrás de la cadera para ligar , apenas sin solución de continuidad, el siguiente muletazo, que aún era mejor. Después , se dobló por bajo a dos manos y ese toreo también fue de alta escuela. (...)"
Esto escribía Joaquín Vidal trás la faena de Ortega Cano , en Las Ventas, a un toro de Martínez Benavides el 25 de mayo de 1985.

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