lunes, agosto 31, 2015

Se torea como se vive (JUANSINTIERRA)


Impecabley lúcido texto de Apaolaza. Por matizar un poco sus precisas ideas, yo diria que el torero no se juega la vida porque le da la gana. En las corridas de toros, el torero representa al ser humano (hombre y mujer) y se juega la vida precisamente porque vivir es jugársela. En las corridas, como en la vida lo que está en juego es la manera de vivir. La ética, el estilo. Se torea como se vive. El tonto torea y vive tontamente. El inmoral, torea y vive en su estilo. De igual manera, el hombre honrado torea honradamente, y si es artista, ademas de honradamente lo hará con belleza. Las corridas son escuelas y modelos de vida, por eso en este mundo "virtual", de gadget y plastico de colores, ni la muerte ni la vida forman parte de la reflexión.
 JUANSINTIERRA

Sobre la corrida de Victorino en Bilbao

El cierre de feria fue serio. Tuvo la importancia de la plaza de Bilbao. Toros de Victorino bien hechos, con trapío, varios aplaudidos de salida y muy en el tipo de la ganadería, sin exageraciones, que nadie en Bilbao quiere un toro desproporcionado pero sí que infunda respeto. Un cierre, ahora sí, de Bilbao. Luego, dentro no llevaron lo esperado. Tuvieron poca fuerza y no sacaron la codicia de esta ganadería. Con todo, hubo momentos interesantes, cargados de emoción, 

Alvaro Suso en El País

Foto: arjona para Aplausos

domingo, agosto 30, 2015

¡URDIALES!


Entre gritos de ¡torero!, ¡torero! abandonó Diego Urdiales la plaza de toros de Vista Alegre. Tres orejas y una faena para el recuerdo fueron sus méritos. El riojano llegó a Bilbao y borró de un plumazo el ventajismo, la mediocridad y el pegapasismo reinantes en la fiesta actual. Y es que… ¡cómo toreó Urdiales en la penúltima de las Corridas Generales!
Alejandro Martínez - vía, por el pitón derecho : 
http://www.porelpitonderecho.com/inicio/urdiales-cumbre-torera-en-bilbao-2216

viernes, agosto 28, 2015

Las plañideras


Ahí andan llorando y rasgándose las vestiduras por la no concesión del segundo despojo a El Juli tras un deplorable "julipié".
Eso es lo que les preocupa, los despojos, el triunfalismo, la casquería y ante todo agradar a la "figura" de turno. Ahí están, a ver quien llora más alto, quien destaca más en sus lamentos mientras esperan el agradecimiento de la "víctima"
A todos estos a los que el toro les importa poco más que sus orejas, a estos que son incapaces de criticar la labor de los presidentes a las 12 aprobando animales indignos para sus tan cacareadas "figuras", ahora lloran desgarrados porque a "julidios" no le han dado una oreja.
Dan pena.

martes, agosto 25, 2015

Escribe Chapu Apaolaza

Tal vez iban a los toros porque suponen, en último caso, la última muerte digna de los animales, la única bestia que dice ‘agur’ de la mano de su propia naturaleza: con un nombre, ante una multitud, con posibilidad de revancha y como una fiera orgullosa de combate, y no en la oscuridad anónima del matadero, ajeno a esa multitud que ya no defiende la vida del animal –y aquí está el engaño–, sino la visibilidad del sacrificio. No les importa que se mate al animal, pues en general, estos tipos no conocen a los animales más que por los documentales, y casi no se acuerdan de lo que es la muerte. Creen que la comida crece en los lineales de los supermercados. Lo que les jode es que se vea morir algo, pues fallecer es inconcebible en su eterno paisaje de fotos pastel en Instagram y de bobadas atribuidas a Paulo Coelho; donde todos son jóvenes y guapos para siempre, cada día es uno menos para el viernes y a muerte solo se va al campo de fútbol.
En ese mundo en el que nadie enferma no hay sitio para un hombre que se juega la vida porque le da la gana y un animal que pelea pese al castigo. 

Francisco Apaolaza - La Voz de Cádiz 20/08/2014 -

foto: Ramón Masats

lunes, agosto 24, 2015

Sobre Pérez Mota


Es algo bastante raro hoy en día pero en Tafalla vimos a Pérez Mota con ganas de hacer las cosas bien y, por si fuera poco, jugándosela con un toro peligroso de Carriquiri (...)
En el tercero, con Pérez Mota asistimos a la estocada de la feria, una de las mejores que hemos visto este año junto a la de Pepe Moral en la primera de San Isidro. Observen porque fue impecable de ejecución y de colocación -el toro debe de rondar los 600 kilos
Y su segundo fue el castaño 'Flautista' que, a pesar de recibir un duro castigo en varas, sacó mucho sentido en la muleta, repartiendo gañafones a diestro y siniestro. Bastante hizo Pérez Mota con plantearle batalla sin trampa ni cartón. Queremos decir que echó la pierna adelante jugándosela abiertamente e intentó llevar toreado a un toro que hubiese necesitado delante a Domingo Ortega. Fíjense en la foto.

Rafa en toreo en Redhondo- aquí la crónica-

viernes, agosto 21, 2015

Las "figuras" nos llevan al precipicio ¡Aficionados , a defenderse!


La fiesta de los toros -su presente y futuro- está en manos de las figuras, y estas están permitiendo que se derrumbe irremediablemente por un hondo precipicio. Pero hay más: en tardes como las de ayer, la impresión es que los que mandan la están empujando con todas sus fuerzas para que se despeñe de una vez por todas sin remedio.

Si no es así, nada se entiende.

El Juli y Miguel Ángel Perera se presentaron en una plaza de primera categoría con cuatro becerrotes infames de ganadería de fácil acomodo. Novillotes escurridos, sin presencia alguna, inválidos y mansos, por más señas, y nobilísimos, eso sí, hasta el punto de parecer cursilones. En una palabra, animales con una extraña apariencia de toros que provocaban más lástima que miedo.

Antonio Lorca en la crónica de la corrida de ayer en Malaga

http://elpais.com/m/cultura/2015/08/21/actualidad/1440134216_626737.html

Nota: Eso si, la prensa sigue intentando tapar este desastre con un triunfalismo patético .

¡AFICIONADOS, A DEFENDERSE!!!


jueves, agosto 20, 2015

Sobre el petardo de Talavante con 6 "toros" en Málaga


Talavante eligió 5 ganaderías de Domecq y la de Adolfo ( al final se lidió un toro de La Quinta) . El resultado fue un desfile de inválidos de "desigual" presentación.
La falta de casta y fuerza fue el denominador común. Eso si, tuvo su carretón de Garcigrande para "expresarse" y , en una faena irregular dejarnos algunos pases de bella factura.
Las lidias fueron desastrosas, la suerte de varas fue despreciada, y con la espada un petardo.
Hoy la prensa se agarra , sin rubor , a esos pases bonitos para tapar el desastre vivido ayer en la Malagueta durante mas de tres horas.
Así están las cosas.

miércoles, agosto 19, 2015

Andrés de Miguel escribe sobre la corrida de Pedraza de Yeltes en Dax



El mayoral a hombros, los picadores saludando desde el ruedo, junto al propietario de la cuadra de caballos Alain Bonijol. El público aplaudiendo a rabiar y  por la noche sólo unos breves comentarios elogiosos hacia Pepe Moral quien había salido por la puerta grande junto a El Juli, en la matinal de Garcigrande, dejaban paso a un torrente de conversaciones acerca de la gran y brava  corrida de Pedraza de Yeltes que había lucido mucho más, gracias al concepto imperante en Francia de que la corrida de toros tiene tres tercios y que debe ser vibrante y espectacular en todos ellos.
Andrés de Miguel
http://adiosmadridtoros.blogspot.com.es/2015/08/espectacular-pedraza-de-yeltes-en-dax.html?m=1

domingo, agosto 16, 2015

Sobre la corrida de Pedraza de Yeltes en Dax ( Faustino)



DAX. 15 de Agosto de 2015. Lleno de no hay billetes.
Dos Rabosos de Pedraza de Yeltes de Vuelta al ruedo, tercero y sexto.
Y dos años seguidos en los que la vacada charra triunfa en Dax ofreciendo un espectáculo total.

Los otros cuatro toros fueron ovacionados con todo el reconocimiento en el arrastre.

Ese fue el premio de la afición de Dax al Poderío que derrochan los toros de Pedraza de Yeltes, que ofrecen un espectáculo en los tres tercios que engrandece y da esplendor a una Fiesta rica en matices.
Premio gordo para cualquier ganadero.

La presentación de la corrida fue imponente de cuajo y trapío. Tan solo algo más escurrido el primero, que acusó más la semana de corrales y una pintura el sexto, Fantasioso, enmorrillado, de manos cortas y gesto fiero.

Pero la grandeza de la tarde no quedo solamente en los toros, también brillaron y triunfaron los de luces.
Cuando Juan Del Álamo se disponía a pasear su segunda oreja de la tarde en el sexto, generoso el de Mirobriga, quiso compartir su triunfo con Curro, gran mayoral del Campo Charro, comprometido con los Uranga en la Ribera del Yeltes, y dieron juntos una vuelta al ruedo apoteósica. Mientras, el público de Dax, eufórico, coreaba el nombre de Bonijol hasta hacerle salir a saludar al tercio como premio tanto a su valentía durante la accidentada suerte de varas del sexto, como a la grandiosa cuadra de caballos que ha gestado, así como al derroche de torería ofrecido durante toda la tarde en tercios de varas que quedarán como antología de Les Arenes de Dax y Gloria de la Fiesta de los Toros.
La guinda la puso este domador de caballos toreros al sacar a saludar a todos los picadores actuantes, consciente de que sin ellos, sin su valor y su oficio sus caballos no lucen, erigiéndose en auténticos protagonistas de esta Fiesta completa que nos tienen secuestrada los taurinos actuales y que ayer tuvo su eclosión en la plaza francesa.

Los toros de Pedraza ofrecieron el triunfo tanto a los de oro como los de plata. En el tercio de muleta ni un sólo mal gesto, ni una mirada al bulto. Sólo codicia y nobleza, bravura, recorrido y corazón. Todo virtudes pero con la importancia del toro que se entrega no del que "deja estar", expresión actual absolutamente antitaurina propia del toro que va y viene sin exigir a los toreros.
Javier Castaño se fue sin premio e injustamente pitado de la plaza después de una dignísima actuación sin brillo por el fallo a espadas y porque el público, entregado con la ganadería salmantina, no fue sensible a su meritoria labor, más allá del provecho que pudiera obtener de su lote.
Pero tendrá la oportunidad de resarcirse en Septiembre, en este mismo escenario, durante la feria de Toros y Salsa con una corrida de Cuadri.
Estas oportunidades también son toreras.

Pérez Mota, llegó a Las Landas convaleciente del reciente percance de Azpeitia pero con las ganas y la ilusión de aprovechar la oportunidad que siempre ofrece la sensible afición y organización francesa a los toreros más modestos.
Lo consiguió por momentos pero tampoco estuvo acertado con los aceros. Recordaremos siempre la tanda de naturales al quinto, embistiendo a paso mexicano, en la que el fino diestro gaditano puso alma, trazo y sentimiento.

Juan Del Álamo nos regaló dos faenas espléndidas, distintas y que muestran la capacidad de un torero en sazón con dos grandes toros pero exigentes.

No queda en el debe pero se echa en falta que los de  luces y a pie, muestren más abandono, más entrega artística y menos precaución y menos complejos ante este hierro, generoso siempre en la embestida hasta el último aliento.
Lo digo porque se palpaba en los matadores y entre algunos peones de su confianza esas miradas en desacuerdo absoluto con el público, con el premio a los toros, contrariados por el reconocimiento sincero a los que también van de oro pero a caballo y contrariados sobre todo con aquello que no sea el repetitivo triunfo de los matadores. En esta fiesta integra no hay sitio para vencedores ni vencidos. Todos ganamos y el público y la afición es soberana. Juan del Álamo debió salir a hombros al cortar dos orejas junto al mayoral de la ganadería y no lo hizo.
Curro sabe que nos la debía del año pasado. Del Álamo sabrá por qué lo hizo.

Las arenas de Dax rebosaban emoción. Después de 20 años viniendo a esta feria, esta plaza y esta afición no dejan de alimentar la mía propia. Ayer, además, orgulloso de los toros de mi tierra y paseando una vez más esa discreta charrería que luce uno en cuanto puede 
Va por ustedes.

Faustino 

José Antonio Naharro , mayoral de Adolfo Martín saludando desde eltercio en Gijón


Nos alegra especialmente leer las buenas noticias que nos llegan de este hierro; Alicante, Miajadas y , ayer , Gijón
Nuestra enhorabuena a Adolfo y a todo su equipo.
Foto: Aplausos

Gran corrida de Pedraza de Yeltes en Dax



Al término del festejo, Alain Bonjijol y los seis picadores salieron al ruedo para recibir la ovación del público. Los piqueros fueron, por parte de Castaño: Fernando Sánchez y Plácido Sandoval; por parte de Mota: Francisco Vallejo y Gabriel Rehabi -que dio una vuelta al ruedo acompañado del caballo Tabarly-; y por parte de Del Álamo: Óscar Bernal y Manuel Burgos.

Aplausos 
http://www.aplausos.es/movil/noticia/30966/




lunes, agosto 10, 2015

Una reflexión de JUANSINTIERRA



Es triste tener que evaluar la importancia de un patrimonio cultural por el éxito en la recaudación. Aún mas triste es exhibir las heridas producidas por la ausencia de subvenciones. El cine es el cine y la tauromaquia es la tauromaquia. El cine es casi siempre, un mero entretenimiento. La tauromaquia es una reflexión profunda sobre la ética y la verdad de la vida y de la muerte.
Los problemas actuales de la tauromaquia se derivan de su perdida de raíces entre los aficionados. Los que van a terminar con la tauromaquia son los aficionados indocumentados. Aquellos que acuden a las plazas por costumbre o por ritual. aquellos que asisten a el rito sin entender nada de su significado ni de su sentido. En este grupo desafortunadamente se encuentran la mayoria de los toreros, ganaderos, críticos y apoderados para los cuales la tauromaquia no es mas que un negocio. Un negocio en decadencia, pero un negocio. ¿Alguien se imagina al Museo del Prado, El Reina Sofía, la real Academia de la Lengua o la Biblioteca Nacional, como negocio?. ¿Cuanto cuesta mantener abiertas estas instituciones? . Triste momento el presente que para poner en valor lo que estamos perdiendo, lo tenemos que comparar con otras actividades que están igual de mal o peor. JUANSINTIERRA

Este comentario nos lo envía JUANSINTIERRA al post que subimos recientemente comparando la recaudación por IVA de los toros y el cine y las subvenciones recibidas por ambos en el últime PGE.

miércoles, agosto 05, 2015

El pase de pecho




"El otro gran pase con la izquierda es el de pecho. Últimamente he leído que si esto o que si aquello, que si el hombro contrario, que si el círculo...Desde luego, si el toro describe un semicírculo mejor, porque se le lleva más tiempo toreado, pero cuidado, sin descargar la suerte. Lo verdaderamente importante aquí es cargar la suerte con el pecho, echando el peso para adelante, por eso se le llama pase de pecho. Hay muchos que lo dan tirando del pecho para atrás o que se quedan muy derechos, muy tiesos, y no es así: lo característico, lo puro es echar el cuerpo para adelante dando el pecho. Al iniciar el pase con la mano baja, para que el toro venga humillado, hay que echarle el pecho adelante al toro y luego, cuando le vas marcando el viaje, el animal debe pasar casi rozándotelo; en la salida, el codo del torero tiene que deslizarse por encima del lomo del toro hasta que éste pasa tan largo cual es de cabeza a rabo."

Rafael Ortega -El Toreo Puro -

Fotos de André Viard: Javier Castaño ante un toro de Pedraza de Yeltes en la pasada feria de Azpeitia

lunes, agosto 03, 2015

Sobre la corrida de Pedraza de Yeltes en Azpeitia



Domingo, 2 de agosto de 2015. Azpeitia. 3ª y última de feria. Tres cuartos de plaza. Calor, bochorno. Dos horas y media de función. Seis toros de Pedraza de Yeltes (Hermanos Uranga)Javier Castaño, silencio y saludos.Juan del Álamo, una oreja y silencio. López Simón, oreja tras un aviso y silencio tras dos avisos.
Oscar Bernal, Tito Sandoval y Paco María cobraron buenos y aplaudidos puyazos con segundo, tercero y quinto respectivamente. Notable brega de Domingo Siro.
NI SENCILLA NI COMPLICADA, la corrida de Pedraza salió desigual. Las láminas, el pelo, el fondo más que las formas.  Todos colorados salvo un quinto chorreado en verdugo, de casi seis años, y más trapío que ninguno aunque no fuera el más armado de todos. Cuatreños los demás. Tres de ellos, abiertos en lotes distintos, con la edad recién tomada. Fueron más serios los de la segunda parte que los de la primera. No es que aquellos no tuvieran respeto –alzada, cara, carnes-, pero cuarto y sexto, y no solo el quinto, ganaron con ventaja las comparaciones.
Se enlotó equitativamente la corrida. Si no hubiera entrado en sorteo el quinto, de expresión muy agresiva, se habrían hecho lotes de equilibrio mayor. Cuarto y sexto fueron toros de particular porte. Y todos sin excepción, toros con plaza. La tablilla de pesos les dio 590 kilos a cuatro de ellos. Solo 550 al segundo de la tarde, menos toro que los demás. La condición de un toro, dicen, se adivina en su lámina y su expresión.
Hizo buena esa teoría el lote compensado que cayó en manos de Juan del Álamo. El segundo cabalgó de salida como tantos toros de procedencia Fonseca-El Pilar. Ni trote ni paso ni galope. Otra cosa. Aire distraidito primero, pero ligero y bondadoso luego de sangrar en un puyazo notable por todo: por el picador, certero Óscar Bernal; por el empeño del toro, que metió los riñones; y por el caballo de pica, muy bien domado, boca dulce. Del Álamo hizo un breve pero lindo quite en el platillo, el toro galopó en banderillas, Domingo Siro puso dos pares perfectos y enseguida vino una faena de autoridad y carácter. Hubo que sujetar al toro, que no fue el único que acusó la querencia a corrales y toriles. Sí el más agradecido. Los toros que cabalgan tienden a gazapear, pero este segundo, apenas.
La faena del torero de Ciudad Rodrigo tuvo varias virtudes: sentido de la improvisación, ligazón, mano baja, temple, entrega y gobierno. El tiempo justo. Grandes pases de pecho en los broches de tanda. La mano del toro fue la diestra y por ahí llegó el dibujo más redondo. Un metisaca, una entera a paso de banderillas. El agrio quinto escarbó como un poseso, arreó y se dolió en banderillas. Tan violento y áspero como reservón. Paciente, Del Álamo supo resolver los acosos del toro cuando se le puso a la defensiva y lo buscó con mal estilo. Un desplante como recurso. El toro se le habría atragantado a cualquiera.
Tercero, cuarto y sexto dieron juego. Pero los tres buscaron antes o después la querencia de tablas o toriles. Las secuelas del desencajonamiento, que es en Azpeitia preceptivo. El tercero estuvo por rajarse, pero no consintió López Simón. Y el cuarto, más que el tercero; el sexto murió barbeando las tablas y sin descubrirse. El cuarto metió la cara con ganas –embestidas más potentes que las de cualquier otro; el tercero, con son bondadoso; el sexto se apagó antes de lo previsto. López Simón estuvo firmísimo, dispuesto a lo que fuera, pero embarcado en dos faenas kilométricas, interminables. Es de esos toreros que no sufren. Y si sufre, no se nota. Una estocada rinconera al buen tercero. Un quinario con la espada en el sexto. Se rondó el tercer aviso.
No tan áspero como el quinto pero casi, el primero, que también amagó con rajarse, pegó muchos trallazos. Toro desganado, porfía segura de Javier Castaño. Y un cuarto, premiado con la vuelta al ruedo sin particular motivo, que tuvo entrega en el capote y veintitantos viajes en la muleta de largo aliento. Codicia que en las pausas se ensombrecía con su manera de buscar con la mirada y el gesto la puerta de salida. Se templó Castaño en faena de ritmo y ajuste, tandas abundantes de cinco y hasta seis ligados. La distancia justa, la colocación también. Bonita faena. La banda la celebró y subrayó con una versión airosa del “Zacarías Lecumberri”, música que amansa a las fieras.
Postdata para los íntimos.- Viento sur, bochorno. El traje de luces pesa. En el descansito del tercero, vienen al palco 1 y nos invitan a cava a los Iriarte Aramburu y sus invitados. Gracias. De nada. ¿Volverás el año que viene? Volveremos. Si Dios quiere.
Barquerito 
Nota: En Azpeitia se debería exigir un mínimo de dos entradas al caballo
Foto: André Viard

domingo, agosto 02, 2015

Sobre la faena de Juan Bautista a un toro de Ana Romero en Azpeitia



Resulta difícil decidir quién derrochó más clase; si el matador (Juan Bautista) o aquel toro de Ana Romero ("Fortuito"), que salió de chiqueros con los cuartos traseros acalambrados, quedando al borde de la devolución, a pesar de la delicada brega de Rafael González. En la muleta, en cambio, el de Santa Coloma comenzó a ir a más, con un galope templado y humillado, un auténtico toro de carretón, un goterón de almíbar sobre el cenizo albero de Azpeitia. Un toro de semejante calidad siempre descubre a los malos toreros. Pero Bautista está lejos de ser un mal torero. Cuando a Bautista le espolea la necesidad o el amor propio (ojalá sucediera con más frecuencia), comienza el recital. Ante el de Ana Romero, el francés hizo del ruedo guipuzcoano su propia casa, como toreando de salón, con un desmayo, una suavidad y un temple de paladar fino y billete grande. Gratisima sorpresa rematada con dos estocadas recibiendo (la primera pinchada arriba) y una oreja.

Gloria Sánchez-Grande ( http://contraquerencia.blogspot.com.es/2015/08/una-de-las-faenas-mas-bellas-de-la.html?m=1 )
Foto: André Viard

Sobre la corrida de Ana Romero en Azpeitia


Una faena de temple y cerebro sobresalientes del torero de Arles –y una estocada soberbia- y cuatro toros distintos pero de buena nota los cuatro de sangre Santa Coloma
Azpeitia (Guipúzcoa), 1 ago. (COLPISA, Barquerito)
Sábado, 1 de agosto de 2015. Azpeitia. 2ª de feria. Soleado, templado. Tres cuartos de plaza. Dos horas y cuarenta minutos de función. Seis toros de Ana Romero.Juan Bautista, silencio tras un aviso y oreja tras un aviso.Manuel Escribano, ovación tras un aviso y saludos tras un aviso. Arturo Macías, palmas tras dos avisos y silencio.
Un buen puyazo de Paco María al primero. Brega notable deRafael González.
LA CORRIDA DE ANA ROMERO trajo un cuarto toro fuera de tipo, badanudo y embastecido. Protestado de salida por acalambrado o renco, se recostó en el caballo de pica para cobrar solo un picotazo. En un sucinto quite de Juan Bautista –una verónica y media preciosa- el toro se dejó ver. Y en el capote de brega de Rafael González también. Brindis al público, protestado, pero a los diez muletazos el toro estaba empapado en la muleta y embebido en el buen torear de Juan Bautista.
Faena ligada, ni un enganchón, ni un tirón, solo un desarme accidental –un pisotón de muleta-, de suavidad particular y ritmo creciente. Todo ese compás pareció seducir al toro, de nobleza extraordinaria. La banda de música había estado demasiado reticente con el torero de Arles en el primer turno y, cuando se arrancó ahora, Juan Bautista la mandó callar en un gesto de torera soberbia. La música la puso el torero, que llegó a enroscarse toro por las dos manos, a abundar en los cambios de  mano y a adornarse con desdenes bien discurridos. Y el fin que corona la obra: al segundo intento, una estocada recibiendo que entró por el hoyo de las agujas y tumbó al toro sin puntilla. Trabajo de gran distinción. La facilidad cerebral y cordial de Juan Bautista.
El toro que rompió plaza, elástico,  muy en Buendía, no fue sencillo sino todo lo contrario: la cara arriba en el caballo, y en la muleta después. Listeza, falsa entrega, acabó reculando, pensándoselo y hasta yéndose a tablas, y fue el único. Como la música se resistió, Juan Bautista se pasó de faena, pero no pasó con la espada. Los tres arreones del toro en las reuniones con la espada fueron fieros.
Tuvieron el festejo en vilo y lo sostuvieron a modo cuatro de los seis toros de Ana Romero. Tres de ellos –segundo, tercero y quinto-, en el tipo clásico, infalible del encaste Buendía. La rama más y mejor fijada del encaste Santa Coloma. Las pintas inequívocas: cárdenos los tres, caribellos –rizos canosos en testuz-, bragados, meanos. Las hechuras: bajos de agujas, finos de cañas, redondas culatas, cuellos cortos, cabezas más chicas que grandes, afilados pitones. No fueron tres gotas de agua.
El quinto, cumplidos los cinco años, llevaba la edad marcada en porte y gesto, no solo en el brazuelo. Más cuajo, aire algo felino, más músculo. 530 kilos, que podrían ser un exceso en su encaste. Pero no en este caso. Ni el segundo ni el tercero pasaron la frontera de los 490 kilos y cumplieron con la ley del toro en peso y en tipo: se movieron con ganas los dos. El segundo de corrida, con prontitud, son codicioso y alegre galope. Toro templado, ganoso y nervioso. El tercero, ligeramente montado, cornicorto pero veletito, fue el que más y mejor se empleó en el caballo, el de más largo y brioso recorrido, el más ágil también. Y el más duro de manos a la hora de morir.
Morir resistiéndose y defendiendo territorio, que es una señal propia del encaste. Un detalle: con la espada dentro –no siempre en el lugar preciso- no se echó ninguno de los toros. No pudieron con ellos ni las ruedas de capotazos de peones, que el público de Azpeitia censura de siempre. Manuel Escribano se llevó el lote de Santa Coloma puro, mucho más claro y sencillo el segundo toro que el quinto. A manos del mexicano Arturo Macías el bravo y temperamental tercero, para el que se pidió la vuelta al ruedo. Si no coincide el arrastre del toro con el zortziko de Aldalur –en versión enriquecida este año-, la petición de vuelta habría prosperado. Macías hizo un supino esfuerzo para no dejarse desbordar, probó su oficio para desplazar al toro cuando lo sintió demasiado potente o pegajoso y se sirvió de una muleta de generosas proporciones para aquilatar las embestidas más empastadas, que fueron muchas.
Escribano, amigo de espaciar las faenas en pausas gratuitas entre tandas y paseos enojosísimos, no terminó de romperse con el gran pitón izquierdo del segundo de corrida: faena de más a menos, pues ganaron en calidad y ritmo las dos primeras tandas con la zurda que las otras que les siguieron sin particular hilván. Tardó en encontrar al toro la igualada –propio de faenas largas- y salió de la reunión de la primera estocada –un pinchazo arriba- feamente revolcado pero ileso. También Macías sobrevivió sin duelo a dos volteretas tremendas. La faena de Escribano al quinto, toro al ataque siempre- fue de más voluntad que acierto, de más sitio que entrega. Dos vueltas al pasodoble y un solo de trompeta que calentó el ambiente más que nada. Y, en fin, un sexto toro que pareció de otra película, hizo cosas de reparado de la vista pero fue mirón. Dos horas y media largas de festejo. La gente no quería ya más nada.
Postdata para los íntimos.- Ha salido el sol.
Foto: Tierras Taurinas

sábado, agosto 01, 2015

Imponente corrida de Cuadri para tres Toreros, Paulita, Pérez Mota ySergio Serrano, en Azpeitia


Les copio la crónica de Barquerito:
Un épico espectáculo
Corrida imponente de Cuadri –dos toros muy nobles, un triunfo memorable de Sergio Serrano, heridos aparatosamente Paulita y Pérez Mora, que toreó con auténtico primor
Azpeitia (Guipúzcoa), 31 jul. (COLPISA, Barquerito)
Azpeitia. 1ª de feria. Entoldado, templado. Tres cuartos de plaza. Dos horas y veinte minutos de función.
Seis toros de Hijos de Celestino Cuadri.
Antonio Gaspar “Paulita”, herido por su primero al cobrar una estocada. Gran ovación cuando se retiró por su propio paso a la enfermería. Pérez Mota, oreja y herido por su segundo al cobrar una estocada trasera. La cuadrilla recogió una fuerte ovación. Sergio Serrano, que mató el tercero y los dos últimos, silencio tras aviso, saludos y dos orejas.
De pronóstico reservado los dos toreros heridos. La cornada de Paulita, puntazo en el cuello que afectó a la carótida. La de Pérez Mota, de tres trayectorias de 8, 5 y 4 cms. en el muslo derecho. Los dos matadores, derivados al Clínico de San Sebastián.
Paco María picó con valor y acierto a tercero y sexto, y fue muy ovacionado. Juan Contreras lidió muy bien al segundo.
NO FUE UNA TRAGEDIA, pero estuvo a punto de serlo: el primero de los seis toros de Cuadri le pegó a Paulita un puntazo en el cuello cuando enterraba la espada en todo lo alto. El cuarto prendió de lleno a Pérez Mota por la ingleen la reunión de la estocada -hasta la cruz pero trasera-, lo hirió mientras lo volteaba tratando de sacudírselo, lo tuvo inerme en el suelo a su merced y solo dos o tres capotazos providenciales de su gente arrancaron al toro de su presa. Pérez Mota entró en la enfermería desvanecido.
Se supo a tiempo que las dos cornadas habían sido más aparatosas que graves, pero el festejo se vivió en ambiente de angustia desde el principio –lances de brazos bien tirados de Paulita en el recibo del primero, dibujo muy airoso, planta juncal, buena cintura- hasta el mismísimo final, cuando el albaceteño Sergio Serrano se entregó con la espada para hacer rodar sin puntilla y tras breve agonía de bravo a un sexto toro de 670 kilos de tablilla y a solo tres meses de cumplir los seis años.
Un toro gigantesco, largo, de hondura y cuajo insuperables, badanudo y papudo, descolgado y abierto de cuerna, muy corto de manos. De fondo y estilo fieros pese a mansear asustadizo de salida, a protestar en el caballo pero sin llegar a irse –dos y casi tres puyazos soberbios de Paco María- y a cortar y esperar en banderillas como tantos toros de Cuadri. En cada embestida el toro rebufaba, el aliento era seña de fiereza, cada viaje era un mundo. Imponente la entereza de Serrano.
La misma firmeza que ya había exhibido ante los dos toros menos propicios de la corrida: un tercero listo, pegajoso, escarbador, con la listeza propia del cinqueño, y un quinto a veces descompuesto, incierto, que se le vino al vientre en dos o tres cites por la mano izquierda y terminó distraído y pegando topetazos.
Para entonces la plaza era un puro hervor de emociones y sobresaltos. No solo por lo que pesaba el parte de guerra. Es que la combatividad tan peculiar de los cuadris, y su manera de copar tiempo y espacio, tenían marcado el espectáculo. Paulita había toreado muy bien con la izquierda al primero, uno de los dos más nobles de la corrida; Pérez Mota cuajó a gusto, despacio y en pureza al segundo, el mejor de los seis: la muleta en el hocico, ese toreo rancio al hilo del pitón que es tan difícil, ni un enganchón, cuatro tandas parsimoniosas ligadas, una seguridad notable. Muy pulida faena, de compás hermoso, un concierto espléndido de la banda y una estocada. Una oreja y casi dos.
Con el cuarto –se corrieron turnos de suelta tras la baja de Paulita- apareció otro Pérez Mota, de gran habilidad y muchos recursos, pues ese otro toro fue de celoso aire, correoso, de revolverse en un palmo. Y tocó bajar la mano, saber y poder. Era la primera vez que el torero de El Bosque toreaba en Azpeitia. No será la última.
La fiesta, por encima de todo, llevó sin embargo la firma épica de Sergio Serrano, que llevaba un año sin vestirse de luces. Su asiento impasible, el valor sin límite, para trajinar al quinto y consentirle. ¡Abrir faena en los medios de largo sin saber si el toro iba a querer engaño o no! Y terminar trabajo toreando por manoletinas y de rodillas cuando se le fue al toro el fuego. Y, en fin, una última faena memorable por su serio arrojo, por su decisión, por su encaje a pesar de que cada embestida de la fiera lo desaconsejaba. Por la manera de ganar el pitón contrario a la manera de Dámaso. Por la manera de respirar tan tranquilamente mientras la gente apenas aguantaba el miedo. Formidable. Todo verdad, solo verdad.
FIN    

Foto: André Viard para Aplausos