En marzo de 2021 saltaba la noticia a los rotativos taurinos. “La ganadería de los herederos de Jacinto Ortega se ha vendido”, me entero de que han sido dos hermanos de Alcora (Castellón), Oscar y Jorge Carnicer y casualidades de la vida a los pocos días en un tentadero en la ganadería de Aida Jovani me presentaron a Jorge, el cual me invita a visitar la ganadería, vislumbrando a primeras de cambio su gran amabilidad y afición, cogiéndole la palabra. A si pues a principios del mes de febrero del presente año, cuadramos la fecha, desplazándome hasta la finca “Los Monesterios” en Baños de la Encina (Jaén), realizando este reportaje.
Para fotografiar los animales, conté con la ayuda de José el mayoral, el cual me facilito la tarea, demostrando afición y sapiencia en el manejo del ganado. Visto y fotografiado el ganado, entable una bonita conversación con el ganadero. Lo primero que me dijo es que en su familia no tienen antecedentes taurinos, que su madre, que por cierto canta jotas muy bien, le han dedicado el nombre de la ganadería, por eso la han bautizado como La Jotera, esta cuidaba vacas mansas y bravas junto con sus padres, hermanos y tíos en Mosqueruela (Teruel), compartía las vivencias de aquellos años con ellos, aquellas historias que su madre les contaba, le fascina, inculcándoles ese vendito veneno y a su padre le gustaba participar activamente en las entradas de ganado en Alcora, así pues el coctel estaba servido.
En un principio Jorge, tenía pensado hacerse con una pequeña explotación ganadera para matar el gusanillo taurino, a este le gusta ejercer de aficionado practico, pero claro al enterarse por las redes sociales, que la ganadería de los herederos de Jacinto Ortega estaba en venta, su cabeza no paraba de dar vueltas, pensando que era la oportunidad de su vida y que debía de comprarla, ya que los toros de esta ganadería los ha disfrutado desde muy corta edad, en las fiestas de Alcora, viniéndole a la memoria numeroso toros, los cuales ofrecieron un gran juego y este pudo disfrutar de ellos desde el carafal de su padre, el cual posee un enclave privilegiado en el recinto de fiestas. Tras pesarlo concienzudamente, le trasladó “el problema” a su hermano, en un primer momento este le dijo que no estaba bien de la cabeza y que se olvidara del tema, pero Jorge casi diariamente selo comentaba y le decía que la iba a comprarla ya que pensaba que si no lo hacía, esta podía terminar en el matadero, un buen día Jorge le dijo a su hermano que estaba decidido a comprarla, que eran muchas noches pensándolo, a lo que Oscar le dijo, vale, pero si se compra la ganadería lo hacemos juntos, dicho y hechos, por lo que el 12 de marzo de 2021, en plena pandemia se cerró la operación.
De inmediato se pusieron manos a la obra, ellos quieren que la ganadería viaje a tierras castellonenses, en concreto a una finca que poseen en el término municipal de Cabanes (Castellón), pero para eso la ganadería tiene que tener la denominada carta verde y por desgracia no la tiene, por lo tanto mientras no tengan este documento calificativo no podrá viajar a tierras castellonenses, por lo que la ganadería permanecerá en “Los Monesterios”, hasta tener la carta verde, ellos están trabajando duramente para obtenerla, pero por desgracia esta tarea cuesta mucho esfuerzo y sacrificio ya que son varias las vacas que han tenido que sacrificar. La finca en donde se ubicará la ganadería la han bautizado como “La Pausa” la razón de ponerle este nombre, es porque en un mundo en que muchos vamos acelerados, en esta las decisiones que se tomen sobre la ganadería se han de tomar sin precipitaciones ni agobios al igual que las tareas que comporta la ganadería. Otra de las determinaciones que tomaron fue cambiarle el nombre a la ganadería, hecho que ya he contado, no cambiando el logotipo del hierro, que como muchos de ustedes sabrán es una J y una O, y claro las iniciales de los dos hermanos son las mismas, al igual que no cambiaran los colores de la divisa, ya que Jorge guarda unos recuerdos imborrables de estos toros luciendo la divisa blanca en sus morrillos. Tampoco cruzaran ni cambiaran el encaste de la ganadería. El cual fue creado por Jacinto Ortega Casado en 1914 al comprar unas vacas y un semental a Celso Pellón en 1914, aumentándola en 1920 al adquirir unas 40 vacas y un semental del Marques de Cuyas, un semental de Olea y uno de Rufo Serrano, haciendo la última incorporación en 1941 al añadir un semental y un lote de vacas de Campos Varela, todos estos animales tenían el denominador común de llevar por sus venas la procedencia Veragua, que es la sangre dominante en la actualidad, pero si me lo permiten, se puede decir que la ganadería tiene un encaste propio ya que son muchos años sin cruzar ni refrescar.
En cuanto a la selección tampoco piensan hacer grandes cambios, buscando esa transmisión y bravura que en numerosas ocasiones derrochan estos animales, que les hace pelear hasta la extenuación, evidentemente en el caballo han de cumplir, empujando y metiendo los riñones con clase y en la muleta han de tener todas estas virtudes unidas a una nobleza la cual aflora cuando las cosas se les hace bien, uno de los defectos que quieren corregir y que en ocasiones han detectado es que se emplazan y se quedan tardos pidiendo que se metan con ellos para embestir. Las vacas viejas no piensan retentarlas, tan solo tentaran las vacas que no lo estén ya que confían en él trabajo realizado por la familia Ortega, en los tentaderos están contando con la ayuda inestimable de Jacinto y su hijo el torero Juan Ortega, siendo ellos, Jorge y Oscar los que toman las últimas decisiones, a título anecdótico me conto que la primera vaca que tentaron se llama “Marmolera”, la cual aparece en una de las fotografías que ilustran el reportaje, la reconocerán porque es una vaca colorada bragada y estrellada, fue picada por el Puchano y toreada por Juan Ortega, esta fue sencillamente extraordinaria, evidentemente fue aprobado, pensando que si la primera salía tan buena lo de la selección seria pan comido, pero claro al salir la segunda, esta sin ser mala les devolvió a la cruda realidad.
En la ganadería hace muchísimos años que no entran reproductores de fuera para refrescar la sangre, en concreto la última incorporación fue en 1941, ósea hace más de 80 año, por lo que tienen algún problema de consanguinidad, como es la baja natalidad, afortunadamente la paridera de este año está siendo más abundante que la de años atrás ya que han hecho un estudio concienzudo en la formación de los lotes y los frutos los están recogiendo, el mayoral me dijo que “este año están pariendo hasta las piedras”. En la actualidad hay 60 vacas y 2 sementales, los dos contrastados, los dos aparecen en el reportaje uno es el número 9 “Trampero” castaño, lucero, coletero, bragado y calzetero, este fue tentado por Juan Ortega y el otro es el número 11 “Tentación” este es cárdeno, siendo elegido por reata, evidentemente para ir corrigiendo los problemas derivados de la consanguinidad han ir incorporando nuevos sementales, de esta forma podrán abrir líneas, teniendo pensado tentar el cinqueño marcado con el número 10 “Toledano”, el cual viene de una de las reatas de más confianza de la ganadería, su madre es una de las vacas más grandes de la piara, la cual en el primer saneamiento que realizaron demostró su bravura, esta al quedarse sola en uno de los corrales, Jorge se encontraba en una de las paredes del corral, en un sitio no muy apropiado y demasiado visible, por lo que la vaca al verse sola no dudo en arrancarse hacia él, por suerte, Jorge estuvo atento y dio un salto hacia el vació, evitando el envite, quedando todo en un susto anecdótico.
Como abran podido observar los toros lucen en las fotos sus astifinas defensan, no llevando las fundas que tan de moda se han puesto, no piensan utilizarlas, en principio, ya que opinan que estos toros aprender rápidamente y el manejo que comporta las fundas, ponerlas y quitarlas no les beneficiara a la hora de su lidia. La pasada temporada lidiaron 3 novillos en las calles de Ayora, pasando unos nervios tremendos, estando muy contentos con el juego ofrecido por el novillo número 6 “Malagueño” el cual lucia el pelaje típico de la casa, negro, lucero, coletero y calcetero, junto con las hechuras. Para la presente temporada tiene una veintena de toros para lidiar, los cuales serán lidiados por las calles, que es el mercado en el que la ganadería se maneja desde hace muchos años y ellos no piensan despreciar, habiendo negociaciones para lidiar una novillada con picadores y otra sin, esperemos que puedan lidiar todos los machos que tienen previstos para esta temporada y que estos ofrezcan el juego deseado ya que la ilusión y el trabajo que están realizando los hermanos es digno de alabanza, pues solo con evitar que una ganadería centenaria evite el camino del matadero es todo un logro, deseando que en un futuro no muy lejano, los planes que tiene sobre la ganadería vallan cumpliéndose.