martes, noviembre 20, 2018

Poli Maza


Yo no entiendo de toros, pero si tengo autoridad para hablar de los hombres del campo, aunque solo sea porque crecí, como muchos de ellos, adormecido por las nanas que canta la cigarra en sus noches de duermevela, correteando entre retamas y riscos, interpretando las señales de humo como un indio navajo y, esto no es coña, curando tajos, verdugones y descoyuntamientos con una cataplasma elaborada con saliva, hierbajos y medio puñadito de tierra. Chiquillos que aún naciendo ya pollasviejas, sufrimos la metamorfosis hacia la etapa adulta observando amargamente envejecer a nuestros padres, esculpidos por los arbitrios de la naturaleza. Militamos con orgullo en familias que morían en diferido, traicionadas por los urbanitas, caínes para los de su propia especie, que nos apuñalaban con la quijada del ecologismo de sofá y de un buenismo nàif.

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sábado, noviembre 10, 2018

Una lección de dignidad y toreo puro Diego Urdiales en la Tertulia de Jordán




Una lección de dignidad y toreo puro

Diego Urdiales en la Tertulia de Jordán



Esperábamos con expectación  la llegada de Urdiales a nuestra tertulia, todavía con el recuerdo emocionado por la gran tarde que nos había regalado el pasado 7 de octubre en la Feria de Otoño de Madrid. Su rectitud de planta torera, sus modales serios pero cálidos en los primeros saludos y sobre todo, su mirada franca y directa, nos hacían presagiar grandes momentos, y así fue.  De orígenes sencillos, comenzó su afición desde muy niño; recuerda sus juegos al toro con sus hermanos también aficionados,  toreando con un trozo de manta, que aún conserva, y cómo veía en TV las corridas sentado junto a su padre que era un gran aficionado siempre próximo al mundillo taurino de la plaza. Nos relata en un ejercicio de memoria infantil como una tarde que pasó por la vieja plaza de Arnedo, vio la puerta abierta, pasó, se quedó prendado y se quedó para siempre; ese día llegó a su casa diciendo que quería ser torero. Tendría unos 10 años. Se apuntó a una escuela de Tauromaquia de Arnedo  que llevaba un aficionado sevillano afincado allí, Rafael Guerrero, quien al verlo dar sus primeros lances con el único capote que disponían, reconoció en él unas cualidades innatas; en sus palabras se percibe la gran deuda de gratitud que tiene hacia el que le enseñó sus primeras lecciones taurinas y se enorgullece de que la tarde del 7 de octubre estuviera presenciando la obra maestra de su alumno; reconoce que los estudios nunca le han gustado. Desde esos primeros capotazos infantiles a hoy, toda una vida de sinsabores  y dificultades que nos va desgranando sin alardes de victimismo o rencor pero si con la firmeza y la seguridad del que se lo debe todo a sí mismo. Nadie le ha regalado nada, antes bien ha tenido una carrera con grandes altibajos en la que muchos años no toreó ninguna tarde o apenas una o dos, siempre con ganaderías de las llamadas duras, pero ganándose poco a poco el respeto de los aficionados. Lo que le ha desarrollado un cierto punto de soberbia que le ha ayudado a sobrevivir. Prefiere hablar de encastes, no de ganaderías,  y presume de haber toreado todos, excepto Miura al que considera no podría realizar el toreo que siente, y  dice que en cualquiera puede salir un toro peligroso y con dificultades. Ha lidiado treinta cinco tardes toros de Victorino  Martín en plazas de compromiso. Difícil resumir las perlas que nos fue dejando a través de una conversación fluida en más de tres horas que nos supieron a poco y en la que desde el primer momento llevó la batuta  sin rehuir ninguna cuestión planteada; con voz firme, incluso de tono elevado a veces, nos fue mostrando sus pensamientos y corazón, los de un hombre, un torero, que tiene como principio vital su dignidad y honradez y dice con orgullo que ha tenido muchos años que agarrarse a oficios como el de pintor para ganarse la vida. Fiel a sus principios, a su pueblo y sus raíces.  

Esta temporada ha sido especial, llegó a  la feria de Bilbao habiendo toreado solo en Arnedo y tras rechazar estar en San isidro, lo que produjo verdadero pánico en su entorno; pero él en un temerario alarde de dignidad, consideró que no podía aceptar las condiciones ofrecidas y echó la moneda de su futuro al aire, demostrando su personalidad y que su carrera la dirige él. Dice orgulloso, que Bilbao es su feria talismán que siempre lo espera, ha sido testigo de tres Puertas Grandes con ganaderías como Victorino y Alcurrucén. Torero de aficionados y admirados por grandes Maestros, Curro Romero, El Viti, Talavante, Tomás… que lo siguen y reconocen la pureza de su toreo. Madrid es también su plaza donde siempre da la cara y se siente respetado por la afición alli ha vivido grandes faenas a toros importantes a veces malogradas por la espada. Reconoce que el bombo de Casas le ha salido bien y que desde agosto ya tiene firmadas dos para el próximo San Isidro y quien sabe…   

Y volvió a Madrid en otoño;  y vivió, vivimos, una tarde llena de lecciones de torería, pureza, verdad y clasicismo. Dice que de la faena al toro Hurón de Fuente Ymbro, no recuerda nada concreto, solo sensaciones, que no la ha vuelto a ver, pero que todavía siente la sensación de cómo sintió que se paraba el tiempo en la muleta. Esa faena le está cambiando la vida como se fuera la recompensa a tanta dignidad. Está recibiendo más llamadas para próximas ferias, pero no es un torero que quiera torear a cualquier precio y en cualquier plaza, selecciona y exige. Donde vaya será con las condiciones que yo quiero ir, resume categórico.

Disfruta viendo videos de toreros del siglo XX, sus referencias son Romero, Bienvenida, Viti, Paula, Camino, Pepe Luis Vázquez, Martín Vázquez…en ellos se inspira. Nos habla de su concepción del toreo, y de pie nos desgrana misterios de la colocación, movimientos y juegos. Lo miramos absortos cómo dibuja un muletazo en el aire. Lo más difícil es torear largo, vertical y con naturalidad,. Naturalidad, palabra que repite como la llave que abre la pureza del toreo. No me gusta la palabra  técnica sino hablar del conocimiento del toro y del toreo. Cada torero tiene su distancia como el toro. El muletazo hay que darlo con los talones fijos en el suelo, conjugar pecho, cintura, muñecas, dedos entregados y naturalmente suelto, y quedarte preparado para ligar el siguiente. Es muy difícil pues depende de la entrega del toro y del sentimiento del torero.  Ahí es cuando aparece el arte, torear así se consigue pocas veces pero es lo que él busca en su tauromaquia y que logró en Las Ventas. Es consciente de las repercusiones que ello va a tener y siente cierto vértigo pues se le va a esperar mucho en nuevas tardes y el arte no aflora desde el alma con facilidad;  pide paciencia, la que a veces achaca no tiene la afición madrileña a la que está muy agradecido, y sabe de las reacciones de parte de las llamadas figuras a acartelarse con él, pero lo tiene muy claro, las condiciones las fijará el torero pues es el dueño de su  trayectoria. Sentencia, La actitud del torero puede con el toro, el animal la siente…, Hay que torear con el alma, esta frase de ecos belmontinos, sería la esencia de un torero que nos ha dado los mejores momentos de emoción y toreo de esta y muchas otras temporadas: Un destello de luz y vuelta a la verdad entre tanta mediocridad y mentira. Gracias maestro Urdiales, ha prometido volver y como es un hombre de palabra, volverá.

Madrid 8 de noviembre de 2018

Yolanda Fernández Fernández-Cuesta, cronista sustituta en el cartel de hoy.

Foto grupo :  Andrew Moore
Foto Diego a la verónica: Javier Arroyo


jueves, octubre 25, 2018

"En realidad vamos a los toros, no a un espectáculo" (Andrés Trapiello)

"En realidad vamos a los toros, no a un espectáculo. Ni siquiera, como se cree, a una lección de belleza, de arte. Para eso puede uno quedarse en casa. Uno va a los toros a mirar en dos horas acontecimientos que normalmente tardan toda una vida en suceder. En una tarde de toros hay siempre seis vidas distintas contadas por tres personas diferentes, donde nadie, ni el mismo Dios, tiene la seguridad de nada"
Andrés Trapiello - El gato encerrado -

miércoles, octubre 24, 2018

Sobre el buen gusto ( Mauricio Wiesenthal)

“La sobriedad española llegó a convertirse - entre los europeos - en norma y patrón de buen gusto. Y en todas partes se consideraba elegante la economía de gestos que distinguía a los hidalgos españoles. Esta apostura española, un poco displicente y estática (¡ el desdén español!), fue consagrada más tarde en la tauromaquia, ya que los aficionados apreciaban más a los toreros con aplomo”

Mauricio Wiesentha
l- La hispanibundia Retrato español de familia-

viernes, octubre 19, 2018

Gómez del Pilar






Era éste un toro llamado Camisita por mal nombre, de 544 kilos, cárdeno claro –arromerado, decíamos antes- tocado de pitones y bien puesto de cabeza, manso en varas y aunque incierto, el que dio mejor juego de los de Partido de Resina. Se fue el matador a recibirlo a porta gayola, lo consiguió (no así en el quinto, que se le paró de salida), y le dio algún que otro delantal bueno en terrenos del tres. Luego lo dejaría, pinturero, con un recorte para la segunda vara, luciéndolo al dejarlo de lejos. Bien. Y con la muleta conseguiría darle dos buenas series, en redondo, mediado el trasteo, con algún buen pase de pecho y bellos trincherazos al inicio y final del muleteo. Una faena más que aseada, que se decía antes. Y eso que el bicho se revolvía (acabó desarmando en uno de ellos), miraba e iba con la cara alta. Pero el diestro madrileño anduvo muy firme, y tras unas manoletinas con sustos (por ceñirse el toro), le dejó una estocada levemente desprendida, después de un pinchazo por arriba y un aviso. Se adornó a la hora de la muerte y aunque hubo leve petición, no era suficiente y el usía le negó la oreja. Dio una vuelta al ruedo justa. ¡El toro se aguantó la muerte, amorcillado, una barbaridad!

Rafael Cabrera- Aquí la crónica-

Fotos: Andrew Moore

lunes, octubre 15, 2018

Rubén Pinar


Hoy esa liturgia se cobró su tributo de sangre en un diestro que, como Rubén Pinar, sobreponiéndose al dolor, a la limitación física –que no anímica-, fue capaz de un gesto que le eleva por encima del común de los mortales; gesto heroico el de aguantar, sin una sola duda, con hombría, sin teatro alguno, la seria gravedad de una cornada de dos trayectorias, para lidiar y aun estoquear a su duro, durísimo oponente. No hubo cojeos de dolor, no hubo nada de cara a la galería, que sin duda lo habría valorado, no hubo sino la ética del deber cumplido, y la asunción de todos esos valores que conlleva este arte ancestral.
(...) ¡Bravo por el torero y por el hombre! Esta es la verdadera heroicidad de los que se visten de luces.


Rafael Cabrera - aquí la crónica-

Fotos: Andrew Moore


jueves, octubre 11, 2018

Octavio Chacón

"Tarde de valor, de entrega, de pundonor, y también de verdad, ante dos toros complicados, uno imposible y otro de aviesa condición. Tarde de ética, lección de moral taurina, para tantos pegapases encumbrados incapaces de hacer frente al toro que no embiste con dulzura, suavidad y sosa mansedumbre."
Rafael Cabrera -aquí la crónica completa-


Foto: Andrew Moore

lunes, octubre 08, 2018

Diego Urdiales



Que si los toros, que si el Ymbro, que si… ¡A la porra! Aquí hoy no hay más argumento que Diego Urdiales con Hurón, número 120, con la que ha liado el Faraón del Cidacos al Ymbro que hacía cuarto, con la soberana lección de toreo que hoy ha dictado en Las ventas don Diego Urdiales, torero, para tapar todas las bocas que se dedican día tras día a engatusar a los incautos, a confundir a las buenas gentes, a mentir a favor de la obra demoníaca del neotoreo, porque hoy un señor de la provincia de Logroño ha explicado la verdad incorruptible del toreo, la que esos desgraciados de los periódicos, los de la televisión, los de la radio tratan de ocultar, de negar, atendiendo a oscuros manejos. Y Diego Urdiales hoy ha toreado en Madrid como en su vida ha toreado ni toreará Julián López, figura, con toda la verdad por delante, con todo el cuerpo, dejándose el alma en cada uno de sus  muletazos, haciendo aquello que sólo está al alcance de muy pocos elegidos: torear. 

José Ramón Márquez -aquí la crónica completa

Fotos: Andrew Moore

jueves, septiembre 20, 2018

"La lucha entre toreros debe ser implacable, salvaje, brutal; lucha de principios, lucha de personas; ojo por ojo y diente por diente, sin tregua ni compasión." Peña y Goñi

Vía: Tristán

miércoles, septiembre 19, 2018


«Ni petos ni corazas. La única defensa del caballo debe ser el brazo del hombre, manejando bien las riendas y la puya o vara de detener» escribía en 1926, el político republicano Rafael Sánchez-Guerra

Vía:Jean Juan Palette-Cazajus 

jueves, junio 21, 2018

Carta abierta al alcalde de Pamplona: “Pamplona, diversa y universal” ( Chapu Apaolza)

Estimado alcalde de Pamplona,
Nos hemos sobresaltado los pamploneses, los sanfermineros y los amantes de los toros y medio mundo en general con unas declaraciones suyas en las que afirma que no ve unos sanfermines sin toros, pero sí sin corridas”.
Señor alcalde, permítame que le haga un apunte. Ya existen unos sanfermines sin corridas: exactamente los sanfermines de todos aquellos que deciden no ir a la plaza de toros, por la razón que sea, en un ejercicio de libre voluntad, y que no participan de la parte del programa que tiene que ver con los toros. Los pamploneses y los visitantes pueden elegir la opción de participar en cualquiera de los actos, incluidos los taurinos, en igualdad de condiciones y sin tener por qué sentirse menos que los demás.
No hace falta que le explique que el toro en la plaza y los encierros están en el ADN histórico de las fiestas de la capital navarra, al menos desde el siglo XIV. El toro bravo en el encierro y en la corrida ha sido un eje fundamental para los sanfermines, dentro de la propia fiesta y en su dimensión hacia el exterior. Para nosotros, el toro representa un tótem y una figura fundamental del 6 al 14 de julio de la que estamos orgullosos y en la que reposa gran parte de esta celebración fenomenal de la vida que son las fiestas navarras. Entendemos además que el encierro se hace porque existe la corrida.
Con todo, los sanfermines son muchas cosas. Asistimos a una grandiosa tradición cultural que cada uno vive a su manera particular. Para unos, la base son los encierros, para otros la Procesión y los actos religiosos, la Comparsa, las comidas familiares, el deporte rural, los toros en la plaza, las barracas o el reencuentro con los amigos.
No hay un solo San Fermín, no queremos que haya un solo San Fermín, no lo entendemos así, pero advertimos que dentro de ese Pamplona diverso y universalmente acogedor, las corridas de toros son importantes para muchos. La razón es que la tauromaquia en Pamplona es ferozmente nuestra, quizás uno de los elementos culturales más definitorios de lo que somos. Porque nuestras corridas de toros comparten casi todo con un legado cultural universal como es la tauromaquia, pero también son especiales y diferentes a las que se celebran en Lima, en Nimes, en Sevilla, en Aguascalientes, en Azpeitia, en Lisboa, en Madrid, en el D.F., en Bogotá o en nuestra hermanada Bayona.
Pamplona tiene ‘el toro de Pamplona’, ‘los toreros de Pamplona’el tendido de Sol de Pamplona, el sonido de Pamplona y es especial incluso la modélica gestiónbenéfica, tantas veces señalada desde fuera como ejemplo, con la Casa de Misericordia al frente.
Las corridas de toros conforman nuestra identidad -habrá otras- y son una parte fundamental de las expresiones culturales propias.
Usted, apreciado alcalde de todos los pamploneses, se pregunta si sería posible una ciudad en la que desapareciera la identidad de una parte. Unos sanfermines sin corridas, sin eso que sustenta a una parte -más, menos, no importa- de la ciudadanía y de sus visitantes. El debate que reclama -a instancias de la violencia terrorista y la amenaza de los movimientos de liberación animal- es si se debe ejercer la censura cultural sobre esta cultura, al fin y al cabo sobre una parte del pueblo al que usted también representa y ampara, y al que se pretende arrebatar una de sus expresiones fundamentales.
No se trata de si puede haber muchos sanfermines, si no de si vamos a permitir que haya uno solo. No hace falta que a usted le hable de la necesidad de una fiesta plural en una ciudad plural. La tolerancia que en muchas ocasiones ha reclamado legítimamente para otras sensibilidades es la que reclamamos ahora nosotros para las corridas y el encierro del 6 al 14 de julio en nombre de nuestros sentimientos, pero también de la libertad y de la diversidad. No hay una sola fiesta; no lo permitamos. En los últimos años, Pamplona ha peleado por erigirse en capital de la convivencia y del respeto, y se ha convertido en un símbolo y un lugar en el que hombres y sobre todo mujeres puedan sentirse cómodos y respetados. Estamos convencidos de que ese respeto ha de mantenerse hacia todas las opciones de tradiciones y cultura de los habitantes de la ciudad y los miembros de la hermandad universal sanferminera.
Quizás tenga la tentación de rebatirme diciendo que las corridas no son cultura. Pero eso es algo que ni usted ni yo podemos decidir. Solo el pueblo, ese que abarrota cada tarde la Plaza de toros Monumental de Pamplona, puede decidir si los toros son una expresión cultural popular propia o no. Es algo que nos recuerda la UNESCO en todos sus tratados internacionales sobre diversidad cultural, suscritos precisamente para evitar que algunos pocos tengan la tentación de decidir qué es cultura y qué no es cultura. Al margen de la tauromaquia, ¿se imagina unas fiestas en las que una parte de la población se creyera con derecho a prohibir la diversión de otros?
Esa no es la fiesta que yo imagino, señor alcalde. ¿Sería posible una Pamplona sin corridas de toros?, se pregunta. Supongo que sí. Como sería posible una Pamplona sin sus universidades, sin sus expresiones religiosas, sin su castellano o su euskera, sin Sarasate o Barricada, sin sus jotas y sus dantzaris.
Claro que sería posible. Pero ya no sería Pamplona.
Chapu Apaolaza
Portavoz de la Fundación del Toro de Lidia

martes, junio 12, 2018

Nimes (Natalia)


Tararean los  metales 
Unísonos y amarillos 
Sobre la primera brisa 
De limpio azul su vestido 
Sin la  toca blanca 

Tararean intranquilos  
Con sus capas y tricornios 
Y el caballo y los avíos
Y las mulas tintinean 
sus campanillos 

De oro viste el sol reinante 
A los tres poetas, ceñidos 
Sus platas en el albero
Tararea el verduguillo 
Bajo la manga 

Un óvalo de ojos, tinto  
Canta al aire su trapío 
Y el engaño embiste limpio 
A las dos pistolas fieras 
De frente, su brillo

¡Qué sabrá él,
lo que lleva a su espalda!

Y el poeta tiene el oro 
Con su mirada al tendido 
Y la mano sobre su trapo.
Y él con su traje corinto 
En su cuero negro 

Y las  pistolas blancas
¡Qué tan de cerca pasan!

Y el tercer metal, encendido
Anuncia en pie la muerte
El aire aguarda quieto
Y los soldados tararean
El puñal al cinto

¡Y él con sus dos pistolas,

En las manos!  

Arde el sol engallado
Con sus ojos embebidos 
El silencio suda y se cuadra 
Arde el acero en su brillo
Y el del oro, por su diente 

Arde en la suerte el novicio 
Con sus dos pistolas pálidas 
Rozando pasa su filo
Y su traje negro, ardiente 
En su mancha caído

¡A cuestas va con su plata!

Arde el albero por su agonía,
Arde el óvalo enfebrecido,
Y el oro entre pañuelos blancos
arde en su engaño subido.

¡Que sabe él de esos triunfos!

Tararean los  areneros 
El  paseillo de su oro
Y el ovalo tararea 
El mediodía sanguino
Que sale por la puerta grande.

Natalia Fernández