martes, mayo 31, 2011

Sobre Manuel Molés ( y la acción de cargar la suerte)

Ayer vi la novillada por televisión, me sorprendió oír a Manuel Molés criticando a Rafael Cerro por no cargar la suerte. Pregunté si esta crítica se la suele hacer también, por ejemplo, a Manzanares . La respuesta fue un NO rotundo.
Con eso creo que está todo dicho.
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Aprovecho el post para recordar unas lineas de Joaquín Vidal sobre la acción de cargar la suerte:
En estas reglas, la acción de cargar la suerte es la piedra angular de la técnica del toreo. Cualquier toreo que se ejercite suprimiendo la cargazón de la suerte no es toreo. Durante toda la historia de la tauromaquia han surgido numerosos espadas pretendidamente revolucionarios, que modificaban, descomponían o suprimían las reglas del arte de torear y ninguno de ellos produjo revolución alguna, precisamente porque el edicficio de sus invenciones prescindía de cargar la suerte. Es decir, que eliminaba su cimentación. Y, naturalmente, ese edificio se desmoronaba. Las innovaciones de los toreros pretendidamente revolucionarios se quedaban en modas y , por tanto, fueron pasajeras.
(...)
"Cargar la suerte se produce en el segundo tiempo del lance de capa o del pase de muleta. He aquí su planteamiento : el torero se sitúa frente al toro. Literalmente frente al toro. No vencido hacia atrás , orillando su rectitud : lo que en la jerga llaman "fuera de cacho". Situado de frente, se colocará "dando el medio pecho". Es decir, no necesariamente encarado de frente, pero nunca de perfil: terciado. El toro estará a la distancia que dicten su bravura, su codicia y sus pies. Así colocado, el torero presenta el engaño.(...)
Bien; adelantando el engaño, el toro se fija en él (...)

A la presentación del señuelo, cuyo leve avance le basta para sentir los dardos de la provocación, la casta le revuelve la sangre al toro bravo e incita su instinto de ataque.(...)
Cuando cree que está a su alcance , humilla, para tirar el derrote y destruirla , pero no lo tira , porque el diestro mueve el señuelo , imprimiéndole el ritmo que demanda la embestida. En el preciso instante en que el toro iba a entrar en jurisdicción , el torero, dejando en su sitio el pie que le da lado, adelanta suavemente el otro, y esta es la acción de cargar la suerte. ¿Qué efecto produce? Pues que el torero ha ganado terreno al toro, desde luego acentuando el peligro. Pero a su vez, como muda la posición del capote o la muleta, el toro, al perseguir la presa, hubo de cambiar también su recorrido. A partir de aquí, el lance o el pase tienen una trayectoria en círculo , hasta el remate de la suerte, que será detrás de la cadera. El torero habrá "mandado" de tal guisa que dejará colocado al toro allá donde vaya a embestir de nuevo, sin que se vea obligado a rectificar su posición. Que vuelve a ser la del principio, sólo que ahora los pases se suceden apenas sin solución de continuidad- eso lo llaman "ligar"- y el torero continuará ejercitando la cargazón de la suerte en cada uno de ellos, con lo cual siempre habrá estado ganándole terreno al toro a lo largo de toda la tanda; siempre lo habrá estado obligando a seguir un recorrido primero recto, luego curvo, a manera de signo de interrogación, y el encastado animal acabará sometiéndose a su dominio.
Joaquín Vidal (El Toreo es Grandeza)

2 comentarios:

  1. Javier:
    Yo no sé si preferiría pensar que no tienen ni idea, o todo lo contrario. Lo malo es que cualquiera de las dos opciones no me gusta. ¿Qué tendrán los modestos que agudizan la vista y sueltan la lengua? o mejor dicho, ¿Qué tendrán las figuras, que nublan la vista y hacen enmudecer a esta panda?
    Un saludo

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  2. Lo de Molés es para hacérselo mirar... se ha pegado una feria defendiendo a unos cuantos y destrozando a otros pocos. ¿Porqué? Ni idea.....Y los continuos gritos cual nenaza todas las tardes de Manuel Caballero también es para echarle de comer aparte

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