miércoles, octubre 19, 2016

Sin planteamiento ético no hay toreo verdadero posible (Juansintierra)

Aunque mis pobres razonamientos no sean en este momento de una popularidad aplastante, creo que es necesario intentar exponer que la corrida de toros es algo mas que el enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza indómita. Si este fuera el motivo único de la corrida, este anacrónico espectáculo no hubiera sobrevivido al siglo XIX. A partir de la invención de la máquina de vapor, se hizo evidente, que el hombre acabaría destruyendo el planeta mas o menos pronto. Por lo tanto, la metáfora hombre-naturaleza, como eje de la tauromaquia es muy superficial. Cualquiera que haya leído el libro de Chaves-Nogales sobre Juan Belmonte,o el de Bergamín sobre Rafael de Paula, sabe que la problemática del torero cabal, es de índole espiritual y ética. Sin el planteamiento ético, no hay toreo verdadero posible. Es la ética la que obliga al torero a exponer. A dar ventaja al toro. A cargar la suerte. A torear con la izquierda. A matar en el hoyo de las agujas, haciendo la suerte a ley. No hay reglamento taurino que sea mas efectivo que la ética individual de cada torero, de cada ganadero, de cada espectador. Por lo tanto, lo que justifica la existencia de la tauromaquia en el siglo XXI no es el dominio de la naturaleza, cosa que con los almacenes de cabezas nucleares, está mas que visto para sentencia. La justificación de la tauromaquia debe venir por la humanización de la vida y de la muerte, frente a la maquina, frente a la robótica y el consumo. En medio del ruedo, el ser humano solo y sin Dios que lo ampare, frente al miedo. El miedo al caos y a la alienación. El toro representa el miedo a uno mismo y a un entorno social y económico hostil. En ese contexto, el torero es el maestro que muestra a los espectadores, con su ejemplo vivo, como comportarse en ese trance aterrador. Como vivir y morir humanamente. El torero como arquetipo en el que nos reconocemos, debe demostrar que para un ser humano cabal, el fin no justifica los medios. En definitiva, que la vida sin pasión y sin ética no es vida.
JUANSINTIERRA 



3 comentarios:

  1. Me encanta leerte maestro y compartir tus fundamentos éticos y estéticos. Un fuerte abrazo

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  2. Estupendo artículo, enhorabuena.
    Por cierto, la estocada final, ¿es Antoñete?.
    Félix

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