lunes, septiembre 22, 2014

Sobre la corrida de Pablo Romero en Las Ventas


la corrida ha sido la de menor peso (514 de media) de la temporada, algo objetivamente contrastable, y la de mejor presentación, algo subjetivo y opinable. 
Su juego ha sido muy variado y, por ello, interesante. Ha habido toros buenos y nobles, como primero y quinto, toros encastados, toros mansos en distinto grado, uno peligroso (el segundo), otro huidizo (el tercero), otro encastado (el cuarto) y otro soso (el sexto). Del mismo modo, en el caballo unos han cumplido empujando con fijeza como el primero, que derribó, y el quinto, otros han salido sueltos o han estado remisos a acudir al peto. Salvo el cuarto, no doblaron las pezuñas, defecto del que antaño adolecieron.

Extrapicurciela - aquí la crónica -

Hoy penalizó y mucho la casta, la ausencia de esta quiero decir. Mansedumbre y falta de codicia el principal defecto, y en algunos toros la falta de fuerza. No obstante, hay que añadir que la suerte de varas ha sido un condicionante y una auténtica infamia durante toda la tarde. Exceptuando a Francisco Vallejo con el quinto, lo demás fueron más lanzadas que puyazos y se agarraron en el espinazo y en los bajos la mayoría de ellos, echando a perder las posibilidades de lucimiento de los espadas claramente. Es incomprensible porque los toros no mostraron en ningún momento una fiereza o poder especial que motivara (si es que hay alguna motivación para hacer esto) esos viles puyazos en los tercios de desangrar que los picadores, con el consentimiento de los matadores, nos han brindado. En banderillas esperaban y apretaban a tablas y los de infantería pasaron un quinario sin saber cómo solucionar los problemas que planteaban. Dos toros salvaron la honra de la divisa: Cristalero II y Cubanito, primero y quinto del encierro.

Vazqueño - aquí la crónica_

 Del asunto referente al respeto que hoy han impuesto en la Plaza los Partido de Resina baste explicar cómo la tarde ha sido un festival de capotes y muletas tirados por el piso de Plaza, de banderillas puestas de una en una o tiradas directamente, tomas de olivo y demás atrezzo del habitual cuando asoma el Toro.

Menudo mareo daba, mientras los de Partido de Resina andaban por Las Ventas, acordarse de los Vellosino, los domingohernández, los zalduendíbiris, los cuvillejos, la guarrería esa de Parladé que los periodistas, pastoreados por los Choperón Father & Son, les dieron el premio del azulejo o lo que les den...  Menuda risa de acordarse de tanto bobo, tanto torezno, como llevamos visto en Las Ventas (...)
 A cada uno de los matadores (LázaroPérez Mota,Pinar) le ha correspondido uno de cada tipo y ellos ni han hecho lo de la estética ni lo de la lidia, porque acaso los tres venían a lo de todas las tardes en todas las Plazas y lo de hoy era sustancialmente distinto, empezando por la notoria exigencia de distancia que los toros demandaban de sus matadores, claramente desatendida, como de la evidente percepción de que estos toros no eran de los de setenta trapazos, que demandaban permanentemente inteligencia y conocimiento como para aprovechar los quince muletazos -¿y para qué más?-  que tenían antes de entrarles a matar. 

José Ramón Márquez - Aquí la crónica-

1 comentario:

  1. Me da la impresión, aunque sigue lejos de lo que fue en comportamiento, que no en presentación, que se ha recuperado un poquito con respecto a años anteriores.
    Hay que seguir dando ánimos a los ganaderos, porque seria muy importante que se recuperara este encaste.
    COTA.

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