Triunfo
incuestionable de dos toreros, el gran juego de cuatro toros y la
enorme satisfacción de un público que no se cansó de disfrutar de
una orgía de toreo del bueno…. Elegante, señorial, Manzanares
talló una faena de alto voltaje artístico al primer toro de su
lote, dentro de un conjunto bello, muy plástico, sobresalieron tres
pases de pecho que fueron tres monumentos al arte del toreo.
Supongo
que las dos o como mucho tres personas que hayan leído alguna vez lo
que en ocasiones escribo aquí, habrán inferido que la autoría de
las grandilocuentes, hiperbólicas, líneas anteriores, no me
corresponde, sino que las firma un tal EFE en la crónica de El Mundo
sobre la corrida de los Zalduendos en Valladolid, mano a mano de los
paradigmas del arte del toreo moderno, el no va mas de la
tauromaquia, el summun, la repanocha, el despiporre, o, como bien
dice el Señor EFE, “la orgía del toreo”, que ordinariez. Los
Zalduendos eran unos toros anovillados, incluso los de más peso, que
apenas se tenían en pie, tan nobles como descastados y que solo en
ocasiones sacaron cierto genio, alguno de ellos. Los de Manzanares se
mantuvieron mejor, no se si por sí mismos, o porque al torearlos tan
despegado, dándoles la salida siempre por arriba y sin obligarlos en
absoluto, Manzanares consigue que no se despanzurren. Que ventajismo,
que insustancialidad, que manera de pasarse el toro a dos pasos de
distancia, en resumen, que todo el mundo estaba entusiasmado y como
queda dicho por el señor EFE lo mejor los tres pases de pecho, con
eso está todo dicho. Por cierto se está aficionando a dar
circulares por la espalda el chico. Morante estuvo bien, o todo lo
bien que se puede estar con unos toros que daban claros síntomas de
no poder con su alma, o con su soplo vital, que es lo que según un
Papa, no recuerdo si fue el anterior, tienen los animales. El caso es
que estos tenían poco soplo, y aunque toreó bien a la verónica y
quizá por eso, poco más que ver. Estuvo bien en algunos momentos,
yo tengo devoción por Morante, pero preferiría verlo torear toros y
no marmolillos, como es él el que elige no a otro cabe aribuir la
responsabilidad de que no consiguiéramos ver gran cosa. Bueno, el
señor EFE, Después con la muleta la faena fue una ensoñación de
toreo mágico, que embriagó al publico, me da la sensación de que
el señor EFE es un tipo/a bastante lúbrico.
Los
del día siguiente eran toros de los Hermanos García Jimenez y Olga
Jimenez, estos tenían más pinta de toro, aunque feos todos ellos y
alguno con unos pitones que voy a calificar de cuestionables, sin
añadir nada más. Cuando uno va a un concierto, no se, de Deep
Purple, de los que quedan vivos me refiero, y piensa cómo en los
años setenta estos tipos llenaban estadios, y ahora apenas llenan un
pabellón, no deja de invadir una cierta sensación de melancolía,
tempus fugit, qué efímera es la gloria, como cambian las cosas con
el paso de los años, sic transit gloria mundi, etc etc. Así ocurre
con Finito y también con Ponce, el lleno del día anterior
contrastaba con la menos de media entrada del sábado, Ponce que
llenaba las plazas, Finito, aquellos primeros años en que todos o
muchos veíamos en él a un futuro nuevo califa, al que Madrid
esperaba con un runrún de expectación, (aquella faena bajo la
lluvia) No me entretengo y resumo, ahora nada de nada, Ponce aburre a
las ovejas y conste que lo que hace no es muy diferente de lo de
Manzanares, es más, Ponce es infinitamente mejor torero que
Manzanares, el problema es que ni es joven, ni es tan guapo, eso si,
cada vez tiene una cabellera más lucida, en cualquier caso
Manzanares gusta y Ponce ya no. Finito pinchó a su morlaco primero
no se cuantas veces. No he dicho que todos los toros mansearon lo
suyo y se querían ir a corrales en muchos casos. Fandi ya se sabe,
no torea del todo mal con el capote y a veces pone buenos pares de
banderillas, está pendiente de la lidia y con la muleta es
insufrible, eso sí, mata extraordinariamente, que no es poco, el
público se empeñó en darle 4 orejas. Yo ya hace mucho que no
pretendo entender nada de lo que ocurre ni en los toros ni en ninguna
parte.
En la
del viernes nadie puso el toro en suerte al caballo, sí en la del
sábado, donde Fandi salvó in extremis a un monosabio que estaba
asistiendo al equino derribado y que ni se inmutó con la proximidad
del toro, ¡qué tio! Menudo valiente, a mi me gustó mucho más que
los tres monumentales pases de pecho de Manzanares.
En
fin, el sábado dizque robaron la recaudación de la plaza, 400.000
eurazos que estaban en la caja de las taquillas (¡!), al parecer ni
siquiera está forzada, la abrieron con llave los cacos, no voy a
realizar aquí especulaciones que puedan constituir algún tipo
penal. Eso sí, por una vez los robados parece que no solo somos los
aficionados.
Santi
Joder, ¡que susto!. Al empezar a leer pensaba que me había equivocado de blogs.
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