Por eso, mientras que casi todas la ganaderías contemporaneas - salvando algunas pocas excepciones - son intercambiables, puesto que actuan de comparsas de los toreros y no con fuerza propia, Miura sigue su camino aparte mientras que el campo bravo tradicional degenera por doquier. En su lugar, y duele reconocerlo, surgen ganaderías industriales en las que se domestica al toro más de la cuenta para optimizar la producción.
Poco a poco, nos deslizamos hacía un espectáculo distinto, apto para todos publicos y conforme al manual de estilo de la televisión nacional, donde aquello que azora - la sangre y la muerte - tienden a desaparecer. Y para salvar este naufragio colectivo que ya ha ahogado las ilusiones de unos pocos, parece que nadie posee visión a largo plazo.
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Los toros son un reflejo fiel del momento que atraviesa la sociedad. Los valores éticos y educativos del mundo occidental están en crisis, y el planeta taurino también.
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De momento, manda el mercado con su cinismo implacable. Pero aprovechando la crisis y su consiguiente encallamiento, tocando fondo, habría que reformar el sistema de arriba a abajo: la estructura ganadera y empresarial, las exigencias en el escalafón y la educación de los aficionados. Si, como se pretende, los toros son cultura : ¡hay que tener una visión cultural y no mercantil del tema! Nadie está obligado a criar toros, ser torero o empresa, pero cuando se emprende este destino, tiene que afrontarse con todas las de la ley. Muy pocos, por ejemplo, son los que denuncian las fundas, las cuales son la prueba más visible del cambio de mentalidad y de la perversión de este sistema. Y nadie hace un análisis del peligro que conlleva su uso: con fundas el toro es un producto de gran consumo y el campo una sucursal de espectáculo, cuando debería ser su esencia. Con fundas, se pierde la relación con el mundo rural y desaparece ese encanto que existía en las marismas, los encinares charros o las dehesas, cuando su rey era el toro íntegro y no ese pobre diablo caracterizado de payaso. ¿Por qué las fundas? Para que los toros no se desgaten los pitones, dicen. ¿Por qué se los desgastan? Porque los alimentan de una forma contra-natura para que aprueben los reconocimientos ; y este exceso de proteínas les provoca picazón. Motivo por el que se rascan y se dañan los pitones. ¿Han visto alguna vez una vaca vieja con los pitones romos? Nunca, al contrario. ¿Por qué? Porque sólo comen pastos y forraje. Y sin embargo, en las tientas, aguantan cinco puyazos y un centenar de muletazos.
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¿Hasta cuándo los ganaderos de Miura podrán criar sus toros tal como lo hacian sus antepasados a mediados del siglo XIX, de forma extensiva, sin las malditas fundas, sin ampliar sus camadas y escogiendo ellos mismos sus corridas sin que ningún veedor venga a mandar a su casa? Ojalá que por mucho tiempo, ya que si este último bastión de las tradiciones camperas más autenticas se desploma, pronto declinará todo el edificio de la Fiesta. En Zahariche, resisten a su manera al trascurrir de los años y la invasión. Mientras que alrededor de ellos un mundo desaparece, alejando de las plazas a los aficionados de siempre, en Zahariche se aferran en no cambiar nada. Centinela retirada de tiempos remotos, atenta a los cambios profundos que afectan a la sociedad, la familia Miura preserva desde hace cinco generaciones los valores ancestrales que nutren su leyenda frente al desierto bárbaro de la modernidad, en cuyo horizonte incierto se adivinan peligros más temibles que él que poseen sus propios toros. Tal es su colosal destino y su apabullante responsabilidad.
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Desde luego, este Viard es la leche, lo mismo escribe esto de Miura (que tampoco son ese ejemplo de integridad que se pretende, aun se les agradece que no usen fundas) como alaba los juapedretes artistas, o en otro momento, cuando molestan a los toreros, pone a parir los Palha. La obra es bonita, pero no escatima vaselina....
ResponderEliminarSaludos
Tauro
Javier:
ResponderEliminarComo siempre, es un orgullo que utilices mi trabajo para ilustrar un tema en tu blog y agradezco tu enlace al míao. Sobre Miura quizás ahora sea mas loable su historia que su presente, en el que al ganadero parece preocuparle solo que sus toros no se caigan, aunque tengan un comportamiento un tanto asnal.
Un saludo
Miura, la ganaderia
ResponderEliminarhttp://miuralaganaderia.blogspot.com/