Plaza de Toros de San Roque 
Plaza de Toros de Cueto
Plaza de Toros de la Caridad
Plaza de Toros de Gordon
Las Encartaciones. Un valle vizcaíno surcado de sur a norte por el río Agüera antes de verter sus aguas al Mar Cantábrico en la ría de Oriñón, ya en Cantabria, mantiene una tradición taurina digna de mención. Una tradición que hunde sus raíces en el siglo XVII.
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Pueblos como Trucios llegaron a tener, e incluso mantienen, una plaza de toros en cada barrio. Y, más en concreto, pegada a cada ermita… cuando no la propia ermita hacía las veces de coso o formaba parte de su estructura. Así, en la fiesta correspondiente a cada santuario, se corría al menos un toro el cual, tras su muerte, era troceado y repartido entre los vecinos previo pago de su valor
La relación de la plaza con san Roque no debe de ser casual. Este santo era un especial protector contra las epidemias de peste y otros "contagios", como se decía en los siglos XVI y XVII, al igual que san Sebastián y san Nicasio, y no eran infrecuentes las ermitas dedicadas a su culto, así como los votos de los pueblos en honor a estos santos taumaturgos, en agradecimiento a haberlos librado de una epidemia, acabado con alguna o en previsión de males mayores. Estos votos se relacionan con romerías y a veces con festejos taurinos, de lo que se pueden citar distintos ejemplos.
ResponderEliminarSaludos a todos ustedes.
Gómez de Lesaca