Nuestro amigo Curro tuvo la suerte de estar el pasado viernes en Pamplona. Nos manda unas lineas:
"El viernes estuve viendo la corrida de Victorino en Pamplona. Aunque tarde, haré un somero comentario:
En Pamplona, sólo se salva una cosa, aunque eso si, la más importante: el toro. La actitud del público, la actuación de los distintos presidentes..., no hay por donde cogerlo. Verdaderamente los toreros tienen que cambiar el chip en cada lugar, hay tantas Fiestas como plazas. En Pamplona, la zona de sol silba desde el primer segundo que el picador clava la puya, independientemente de que sea en buen sitio. Torear escandalosamente con el pico como el otro día Pepín Liria, pasa completamente desapercibido, sin embargo, el primer pinchazo con la espada conlleva bronca, todo eso sin hablar del desdén absoluto de la zona de sol por lo que pasa en el ruedo.
La corrida de Victorino, sin ser para tirar cohetes, fue interesante. Además, fue a más,.los mejores toros fueron los 3 últimos. En cuanto al triunfo de Ferrera , va siendo hora de reivindicar a este torero. Observo muchas reticencias a reconocerle su valía por parte de los taurinos (después de Madrid casi no tenía contratos) y por los aficionados. En Madrid estuvo hecho un tío sus dos tardes, jugándose el tipo sin trampa ni cartón, y con los tercios de banderillas posiblemente más brillantes de la historia del toreo (por lo menos, desde que existe la televisión). Después de sufrir una cornada en el primero, se negó a ser operado y en su segundo sufrió una cogida escalofriante intentando quebrar de espaldas. Resultado, 40 cms de cornada entre las dos trayectorias y palizón descomunal. El tío se pegó con todo lo que se movía para que no le llevaran a la enfermería y se puso a torear de muleta con despaciosidad, largura y profundidad. El toro acudía presto a los cites e iba más largo que un santa coloma tipo, pero sin humillar como lo hacen muchos de su estirpe. La impecable faena fue rematada con un estoconazo recibiendo, no estaba en condiciones de atacar al volapié. De la dimensión emocional que se alcanzó en la plaza, baste decir que fue seguida sin pestañear y con olés graves por las 20000 personas que llenaban la plaza, incluidos los más borrachos, algo con pocos precedentes allí. Inmediatamente, el presidente sacó simultáneamente los 3 pañuelos blancos, ahí no se hacen derrogar, acompañados del azul de vuelta al ruedo al toro. Ferrera incluso con los trofeos en sus manos estaba absolutamente serio, diría que trágico. La épica no admite sonrisas. "
En Pamplona, sólo se salva una cosa, aunque eso si, la más importante: el toro. La actitud del público, la actuación de los distintos presidentes..., no hay por donde cogerlo. Verdaderamente los toreros tienen que cambiar el chip en cada lugar, hay tantas Fiestas como plazas. En Pamplona, la zona de sol silba desde el primer segundo que el picador clava la puya, independientemente de que sea en buen sitio. Torear escandalosamente con el pico como el otro día Pepín Liria, pasa completamente desapercibido, sin embargo, el primer pinchazo con la espada conlleva bronca, todo eso sin hablar del desdén absoluto de la zona de sol por lo que pasa en el ruedo.
La corrida de Victorino, sin ser para tirar cohetes, fue interesante. Además, fue a más,.los mejores toros fueron los 3 últimos. En cuanto al triunfo de Ferrera , va siendo hora de reivindicar a este torero. Observo muchas reticencias a reconocerle su valía por parte de los taurinos (después de Madrid casi no tenía contratos) y por los aficionados. En Madrid estuvo hecho un tío sus dos tardes, jugándose el tipo sin trampa ni cartón, y con los tercios de banderillas posiblemente más brillantes de la historia del toreo (por lo menos, desde que existe la televisión). Después de sufrir una cornada en el primero, se negó a ser operado y en su segundo sufrió una cogida escalofriante intentando quebrar de espaldas. Resultado, 40 cms de cornada entre las dos trayectorias y palizón descomunal. El tío se pegó con todo lo que se movía para que no le llevaran a la enfermería y se puso a torear de muleta con despaciosidad, largura y profundidad. El toro acudía presto a los cites e iba más largo que un santa coloma tipo, pero sin humillar como lo hacen muchos de su estirpe. La impecable faena fue rematada con un estoconazo recibiendo, no estaba en condiciones de atacar al volapié. De la dimensión emocional que se alcanzó en la plaza, baste decir que fue seguida sin pestañear y con olés graves por las 20000 personas que llenaban la plaza, incluidos los más borrachos, algo con pocos precedentes allí. Inmediatamente, el presidente sacó simultáneamente los 3 pañuelos blancos, ahí no se hacen derrogar, acompañados del azul de vuelta al ruedo al toro. Ferrera incluso con los trofeos en sus manos estaba absolutamente serio, diría que trágico. La épica no admite sonrisas. "
Nota: Foto del Correodigital
Como bien decís, Ferrera no es precisamente un estilista del toreo, pero merece respeto por su entrega sin límite. Es de los poquitos que le da igual si es Las Ventas o una portatil. Lo que yo sí quería comentar con vosotros es algo que tiene que ver con los toreros.
ResponderEliminarMe llama la atención que del público de Pamplona, a su rollo y pasota, no digan nunca nada. Sin embargo, lo de Las Ventas es terrorismo. Lo de Pamplona es que se lo pasan bien. Personalmente, considero la falta de atención a lo que ocurre en el ruedo un desprecio mayor que la censura o corrección de ciertas acciones por parte de los toreros. Pero, no claro, de Pamplona son muy poquitos los que se quejan.
En Pamplona el pùblico va a su rollo y pasa; esto puede molestar.
ResponderEliminarEn Madrid, los aficionados, que no pasan, les dicen que torean mal y les descubre sus "trampas", esto "jode".
Eso dicho en lineas generales, hay muchas excepciones.
Esperemos, como dice Pedro, que Curro se prodigue mas
Ferrera es un tío que se gana lo que tiene a base de huevos y verdad, carreras aparte.
ResponderEliminarPamplona, se convertiría en una plaza de talanqueras más si no fuera por la presentación del ganado. Allí no hay Dios que pueda disfrutar de una corrida.
Pues yo personalmente creo que cuando un torero se está jugando la vida delante de un TORO, base fundamental de la fiesta estos dos aspectos, el respeto debe ser lo primero.
ResponderEliminarel tema no es que pasen, que manda huevos que se quede gente fuera con ganas de ver toros, y otros que les importa tres pitos esten cantando la chica ye-ye mientras tanto, el tema es que los mismos que piden respeto para el torero en Madrid,(poniendo en primer lugar este respeto, que el para mi mas importante Respeto a la Tauromaquia), aqui le rien la gracia a los que no respetan ni al torero, ni al toro, ni a la tauromaquia, ni a quien se siente a su lado, en definitiva que lo que molesta de Madrid no es la teorica falta de respeto, sino que se desenmascaran sus vergüenzas.
ResponderEliminarun saludo
Una y otra vez sale a relucir, en casi todas las plazas la incultura taurina sea en una u otra forma de representación.
ResponderEliminarA pique.
Ferrera, acojonante. Lo del rabo, para que se lo hagan mirar,aunque la iportancia no reside en el rabo, sino en la decisión de Ferrera
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