Luis Miguel acepta la invitación de vestirse en mi casa, a estas alturas es obvio decir que soy amaliense, llega de Madrid a las tres y media, yo acabo de llegar también a casa de tomar cañas, nos sentamos, charlamos, “hay que apretarse”, “estarse muy quieto”, “aguantar”, “dale distancias” y el tópico por excelencia “si el toro no embiste, embistes tu”, el torero escucha, comenta, no toma nada. Sobre las cuatro y media llegan su padre y el banderillero Oscar Domínguez, fijo en la cuadrilla de Rafael de Julia, al rato llega el otro subalterno Carlos, viene acompañado de su novia.
A las seis, suben a vestirse los dos banderilleros, van a marchar un rato antes para la plaza para estar presentes en el sorteo, a las seis y media lo hace Luis Miguel, el festejo es a las siete y cuarto, como van vestidos de corto, tardan poco. A las siete y cinco, salimos los dos de casa, camino de la plaza, montamos en el coche, hablamos poco durante el trayecto, Luis Miguel me comenta que va dar una larga cambiada de inicio, que estamos en un pueblo, y eso anima mucho, le comento que como quiera pero que luego de pie, ganando terrenos se saque el toro a los medios, con buen criterio, no cumplirá su promesa, lo recibe flexionando las rodillas, para sacarlo poco a poco a los medios.
Llegamos a la plaza, es la primera vez que voy a estar en un callejón, aquello es estrecho, muy estrecho, hace mucho calor, la chapa está caliente, ha estado todo el día al sol, la guardia civil me ve tan despistado que me pide la acreditación. Se inicia el paseíllo, sale el primer novillo, como en los cuatro siguientes, me atemoriza que salte al callejón, es difícil es alto, y ninguno hace ademán de ello, pero yo no puedo evitarlo, el primero de lidia a pie, para El Fundi, que el día anterior ha matado dos miuras en Pamplona, el novillo sale muy correoso y pone en aprietos al torero madrileño, que se lleva un par de sustos, uno de ellos le deja la cara magullada, por fortuna el resto de los novillos, todos fueron de Valdeamor, encaste Núñez, “se dejaron” que diría un taurino.
El último es para Luis Miguel, antes de que el toro, un colorao, salga, un poco de agua por la espalda, la espera ha parecido larga, pero ya está el toro en la tierra del campo de fútbol de los juveniles, que es donde esta montada la plaza, el torero, muy tranquilo y sereno, lo recibe con suavidad y torería, se hace cargo de la lidia Oscar, y Luis Miguel se dirige a mí, me pregunta ¿Qué tal? “Muy bien, torero”, coge el trapo rojo y vuelve a la cara del novillo, lo saca a los medios y empieza a torear, bien, quieto, ligando, templado, aguantando, indudablemente se puede hacer mejor, pero esto es otra cosa, no es lo del otro día, se puede ver que esta poco placeado, pero la mejoría es notoria, en ocasiones se luce, mostrando el duende que lleva dentro, otras se arrima, tanto que se corta con el arpón de una banderilla, “Bien torero”, se acerca de nuevo a la barrera, el acero y un poco de agua para limpiar la herida que sangra en su mano, y a matarlo, se vuelca en la cara del novillo, y deja una estocada entera, algo tendida. El toro dobla. Se acerca de nuevo, la pregunta se repite, ¿Qué tal? “Bien torero, pero esto no es na’, el próximo día enmejor todavía”, no puedo evitarlo me sale el acento local, asiente con la cabeza. El presidente saca el pañuelo blanco tres veces. Dos orejas y rabo para el novillero Luis Miguel Amado.
Posdata: Hasta MundoMrBurns lo ha publicado
Suscribo lo que dice arriba ese buen amigo, gran aficionado y mejor persona, interesantísima la crónica.
ResponderEliminarEnhorabuena a Luis Miguel por su triunfo.
Precioso. Me ha encantado lo de "MundoMrBurns lo ha publicado". Genial
ResponderEliminarLuismy a distancia te deseamos una rapida recuperacion por tu cogida y un abrzo tan grande como tu con muchas fuerzas.tus amigos zarceños catalanes.
ResponderEliminar