Un
toro bravo es un animal que requiere distancias, requiere querencias,
colocación, sitio... y
si uno comente un error, pues le avisa, y el toro que no es más
noble, le coge. Pero hoy en día el toro que se lidia te permite
estar en cualquier lugar y de cualquier manera. El
problema es que al
no haber aficionados, el sistema taurino se aprovecha de eso. Van
exclusivamente a los números. Además, intentan
sacar la tajada del día. No piensan en el futuro, ni
en hacer nueva afición, ni en que sea un espectáculo distinto. Si
no que van a la rentabilidad del momento, y lo que pase en el futuro,
pues que apechugue el que le toque. Con
esa filosofía del taurinismo oficial no vamos a ningún lado. Ni
en esta ni en ninguna otra actividad.
Foto: André Viard
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