Aplausos
Clarito Madroñito. Chato, guapo, asaltillado, bajo, cortito, la testuz rizada, limpia la mirada. No paró de humillardesde el minuto uno. Ni de embestir. Surcos en la arena oscura. Dos puyazos en serio. Un poquito de espera en banderillas por el izquierdo. ¡Pero cómo fue por el izquierdo! Y por el derecho también.
El Cid lo bordó. De verdad. Como si hubiera que recalcarlo para creérselo. Un pelín acelerado en las primeras tandas diestras como único matiz. Perdón porque no valdría la pena ni ponerlo. Cuando sonó la hora de la zurda, una serie redujo el tiempo. Cuatro naturales descomunales. Bárbaros. De aquí a la eternidad. Un túnel dimensional con El Cid de aquella noche santanderina mano a mano conCésar Rincón en 2005. Acodado, roto, lento. El afarolado y el de pecho. Cuanto más abajo,Madroñito más profundizaba en su embestida. Y Manuel Jesús también. Intercaló las manos. Floreó las rondas. Se recreó en adornos encadenados. Cuando se dobló con una hondura cierta, genuflexo y tremendamente torero, El Cid sonrió. No se sabe a quién guiñó la sonrisa. Puede que al destino o a la idea de seguir toreando. Tampoco se sabe si fue antes o inmediatamente después de que alguien gritase "¡no lo mates!". Ni tan siquiera queda el recuerdo de si El Cid de Salteras se había perfilado con la espada. La cuestión es que continuó la faena, y Madroñito no paraba de embestir.
Vicente Zabala en El Mundo
Fotos: Aplausos
Madroñito cayó en el primer puyazo, sin empujar. El segundo fue in picotazo mientras Cid intentaba cambiar el tercio. Un toro noble, pero ¿de indulto?
ResponderEliminarBueno, si lo dice Aplausos, y Zabalita, era de indulto.
ResponderEliminarO no.