lunes, septiembre 13, 2010

Sobre la novillada de Murteira en Madrid

Escribe, en El País, Rosa Jiménesz Cano:
La tercera novillada del ciclo 8 Naciones fue un antídoto contra la desilusión. La vacada portuguesa de Murteira Grave llevaba años aburriendo al personal con animales hondos, pero con escasa movilidad y sin fuerza alguna. Los dos primeros mantuvieron este último defecto, sin embargo, la novillada dio un juego más que interesante. Sobre todo el cuarto en el caballo. Tragó dos puyazos con alegría y entrega, galopando al encuentro del peto.

Derrocharon entrega, ganas de repetir en los engaños y embestidas dulces. Es decir, reunían todas las condiciones para que la terna triunfase. No fue el caso, pero sí hubo quien se lució. Saúl Jiménez Fortes,(...)
Foto: Juan Pelegrín

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