Los lugareños dicen que el Campo de Gibraltar es el fruto de dos
mares : «la mare que parió al Levante y la mare que parió al
Poniente». Y sus vecinos aseguran que, por culpa de ambos
vendavales, están todos trastornados.
Los fenicios y los cartagineses fueron los primeros en desembarcar
aquí, con sus leyendas. Entre ellas, la de Melkart, héroe de la
mitología oriental, famoso por matar al toro del cielo, de quien se
inspiraron la cultura minoica y los griegos para forjar la figura de
Heracles, el Hércules de los romanos. Los fenicios dejaron una
imagen de Melkart grabada en un marfil tartesio, fechado en el siglo
VI antes de Cristo, forjado seguramente en Cádiz : esta obra, donde
el héroe apuñala al toro, se considera la primera Tauromaquia de la
Península.
Después de conocer un próspero pasado taurino, el Campo de
Gibraltar, al igual que otras comarcas, vive inmerso en la crisis.
Cerca de Tapatana (ver opus 19), La Palmosilla es la ganadería que
goza de mejor salud, mientras que Gavira se ha reestructurado para
reducir las amenazas. Con vistas al Peñón, se hallan las ganaderías
de los hijos de Miguelín (Gavira y Salvador Domecq) y la de Curro
Escarcena (Núñez de Los Derramaderos). Saliendo de Los Barrios
en dirección a Medina Sidonia, Carlos Corbacho cría sus Osbornes en un entorno maravilloso, mientras que prepara una invasión taurina en China.
en dirección a Medina Sidonia, Carlos Corbacho cría sus Osbornes en un entorno maravilloso, mientras que prepara una invasión taurina en China.
Siguiendo la ruta de los arrieros y los contrabandistas, que sale de
Gibraltar y pasa por Ronda antes de bajar hasta Málaga, se encuentra
La Fábrica
de las Bombas, donde la ganadería Monte San Miguel (Núñez a través de Manolo González) ha encontrado un refugio seguro en buenas manos tras el estallido del Caso Malaya.
de las Bombas, donde la ganadería Monte San Miguel (Núñez a través de Manolo González) ha encontrado un refugio seguro en buenas manos tras el estallido del Caso Malaya.
En esta comarca, ganaderos y aficionados resisten contra el
desencanto, a pesar del viento que arranca lo que no debe, dejando en
su lugar un sentimiento de «alegre desesperanza» que siempre ha
caracterizado a los pueblos cuyo destino está dirigido por el azar.»
Tierras Taurinas .-Editorial Opus 32 .-
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