eligió hace años a un apoderado que se ha encargado de que El Juli mate las corridas más impresentables e indecorosas en las plazas más importantes de este país. Y a ninguno de los dos, ni al torero ni al apoderado, se le ha caído nunca la cara de vergüenzaAntonio Lorca (El Juli tira la toalla)
ni se les a caido ni se les caera.
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