"El torero que no lidia al toro y el espectador que, desdeña la lidia tienen una afición de tal para cual. Son los analfabetos del toreo, aun en las tardes de aparente éxito, en las que, a favor de la casualidad, uno pide la oreja y el otro la corta. ¡Cuántos malos toreros cortan orejas!"
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Destaco dos faenas de esta temporada:
-La primera la protagonizó El Fundi al 4ª toro de Palha lidiado en la Feria de Azpeitia. Copio de la crónica de Barquerito de ese día:
Lo que encareció la tarde fue una muy distinguida faena de calidad: la de El Fundi al cuarto de corrida, que sacó aire huidizo y corretón, y se dolió de blando -o sea, de manso escupido- en un puyazo trasero y hasta cinco picotazos que no llegaron ni a sangrarlo bien porque se iba sin dejarse meter ni las cuerdas. Casi en silencio, el diestro de Fuenlabrada le había pegado cinco espléndidos lances de brega que corrigieron un vicio mayor: el toro punteaba. Y otro menor: el de soltarse de engaño. Un detalle de nobleza: Fernando Galindo tropezó cuando bregaba antes de varas, cayó inerme y no hizo por él el toro. El Fundi estuvo al quite.
Y, en fin, a su hora la faena, que fue soberbia por todo: sitio, terrenos, tiempos y temple. Para dominar de primeras la incierta inercia del toro, suaves muletazos arrancados con el pico de la muleta, que tuvieron efecto balsámico; y, luego, sujetado, el toro dejó de protestar al sentirse tan toreado, El Fundi se animó con casi un concierto: despacioso, encajado, descargado, puro reposo, toreó a placer, cara y cadenciosamente con la mano izquierda, ligó el farol con el de pecho, se lució en el toreo cambiado de trinchera, se adornó con el molinete gallista y, claro, el toro parecía otro. Era altísimo de cruz. Dio lo mismo: casi al encuentro El Fundi cobró una estocada casi en la yema. La ilusión con que se fue a la cara del toro hasta verlo rodar pareció de torero nuevo. ¡Obra maestra!
un toro largo, quizá el más alto de la corrida, un toro cuajado al que le dieron brea en el caballo en un tercio en el que se empleó metiendo los riñones. Encastado toro que exigió mucho en la muleta, que puso a prueba y pidió el carnet a un torero que tuvo bastante más vergüenza torera que la mayoría de las figuras que han pisado Vista Alegre esta temporada. Tremendamente cruzado y sincero, con un valor seco que en algunos momentos hizo aguantar la respiración al personal, con torería, pundonor y haciendo bien las cosas. Una faena intensa, emocionante por lo sincera y lo cruda, importante por cuanto hizo, expuso y demostró, una faena importante porque hubo muchos momentos, los más diría yo, en los que Diego Urdiales hizo el toreo sin ningún tipo de gesto de cara a la galería. Importante, meritoria, valiente, digna y reveladora faena que se lo agradecimos sinceramente como aficionados que somos. Un primer pinchazo al tropezar con una banderilla, otro pinchazo arriba saliendo trompicado y una estocada que le dejaron sin oreja pero con una vuelta con muchísima fuerza, con tanta fuerza que valió bastante más que cualquiera de las dos orejas que se habían cortado.
Foto de Urdiales:Fernando Domingo-Aldama para El País
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