sábado, junio 10, 2017

Juan del Álamo ( Fotos Andrew Moore, Texto: Barquerito)



 
Una oreja del toro de la corrida, que el torero de Ciudad Rodrigo entendió desde el mismo momento en que se le frenó de salida hasta en cuatro amagos de los de helar la sangre y con el que se acopló en una firme faena templada, de pura bragueta, muy ligada y bien tramada, señalada por pases enroscados de pecho antológicos, también por las soluciones de toreo cambiado en los remates o la improvisación en las aperturas. Faena de madurez por lo segura. Ni un enganchón del toro, que vino siempre entre acariciado y gobernado, las dos cosas. Lo más llamativo fue la manera de estar, más incluso que la forma de torear.

Barquerito






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