jueves, junio 01, 2017

En estas estamos


Cuando estaban picando al segundo (el día de la novillada de Montealto), se presentó en la Andanada un señor vestido con americana azul y equipado con un walkie-talkie amarillo, sin acreditación ni identificación alguna, a estorbar a un espectador que manifestaba su opinión, aludiendo a no sé qué sobre el respeto. El hombre anónimo de americana azul, esa especie de institutriz de Donsimón, demandaba respeto a los que llevan sentados en la sucia piedra la Feria entera recibiendo la afrenta diaria, por parte de la Empresa, de dar unas corridas impresentables y de tener la Plaza hecha un muladar. El mínimo respeto que se niega al aficionado que se deja sus cuartos en la taquilla, lo demanda un empleado de Donsimón porque sí y para su interés: un insignificante señor de americana azul con un walkie-talkie amarillo a quien nadie dio vela en el entierro. Podía haber sido peor. Mientras no suba Curro Vázquez, bien vamos.
José Ramón Márquez
¡Aficionados, a defenderse!

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