Escribe, en un comentario, nuestro amigo Jandro:
No viene Enrique Ponce por segundo año consecutivo, esta plaza no ha sido suficientemente atenta con el señorito y nos castiga con su ausencia, no viene para no oír “pitos” a sus destoreos y a sus faenas ventajistas a inválidos .
No viene Enrique Ponce por segundo año consecutivo, esta plaza no ha sido suficientemente atenta con el señorito y nos castiga con su ausencia, no viene para no oír “pitos” a sus destoreos y a sus faenas ventajistas a inválidos .
Foto: Manon
Esa es la verdadera razón y como hoy en día ya no se necesita Madrid como antes, para poder torear en el resto de plazas, pues don Enrique Ponce nos castiga con su desprecio de no venir a hacernos la visita anual. Pues que se quede donde está, porque aquí hace muchos años que se nos quitaron las ganas de ver su toreo falso de pitiminí. Para mi personalmente es un alivio el no tener que soportar sus posturitas y sus ciegos seguidores.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con usted, Don Enrique
ResponderEliminarSaludos
Estaremos de acuerdo, no obstante, en que no deja de ser un muy mal síntoma (como tantos otros) de nuestra fiesta:
ResponderEliminarHace años, para seguir estando el año que viene donde está, hubiese tenido que venir y gustar.
Hace años, aquel que quería ser alguien importante (o seguirlo siendo) tenía que pasar el trago de venir a torear a Madrid en San Isidro. Y digo trago, porque aunque el resto del años pudiese cumplir el expediente por esas plazas de Dios, con toros afeitados y dando gato por liebre a expectadores poco exigentes, venir a Madrid exigía, al menos una vez al año, estar de verdad.
Hoy, gracias a este sistema podrido que nos han ido imponiendo, eso ya no es necesario. Uno puede estar años sin aparecer los Madrid y seguir en lo alto del escalafón.
Por todo esto amigo Opastor, insistimos en que la empresa actual con su sistema de contratación y la Cominidad de Madrid con su política de adjudicación desprestigian la historia de nuestra plaza y de la fiesta de los toros reduciéndola a un espectáculo intrascendente y devaluado que utilizan para conseguir sus crematísticos fines sin importarles en absoluto sus fundamentos.
ResponderEliminarPero nadie protesta en la plaza, meteros eso en la cabeza, ahi es donde se hace daño y es donde menos se hace y asi nos pinta
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