"Hacer el quite es quitarle (al toro) de donde está. ¿De dónde hay que quitar al toro en la suerte de varas? Hay que quitarle del caballo. Si el matador no le quita, sino que espera a que salga; si cuando el picador barrena y mete el palo, es un espectador contemplativo; si no interviene con su capote, que por algo se llama de brega, ¿qué entiende este matador por quite?
(...)
No solamente hay que quitar al toro del caballo, sino que hay que dejarle otra vez en suerte. Esto consiste en que el toro quede de tal manera situado, frente al picador (...), que sin la intervención de los peones, sin darle un capotazo, esté en disposición de tomar otra puya. Eso de esperar al toro arrancado o huido, dar unos lances de capa buenos o malos, supongamos que muy buenos, y quede el toro donde quede, y ahora vengan capotazos para colocarle en suerte, eso ni es hacer el quite, ni es de matadores de toros, ni es de lidiadores, ni es tener cabeza de de torero aunque se cubra con montera. Si hubiera afición al toro, cuando un torero hace eso y deja el toro descolocado, y empieza el capoteo, y peones para un lado y por otro, sería un motivo de enérgica protesta, por falta de cuidado, por falta de afición, por negligencia, y por ser un síntoma clarísimo, inequívovo, de incopetencia"
Gregorio Corrochano (¿Qué es torear? Introducción a las tauromaquias de Joselito y Domingo Ortega)
Foto :Manón
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No solamente hay que quitar al toro del caballo, sino que hay que dejarle otra vez en suerte. Esto consiste en que el toro quede de tal manera situado, frente al picador (...), que sin la intervención de los peones, sin darle un capotazo, esté en disposición de tomar otra puya. Eso de esperar al toro arrancado o huido, dar unos lances de capa buenos o malos, supongamos que muy buenos, y quede el toro donde quede, y ahora vengan capotazos para colocarle en suerte, eso ni es hacer el quite, ni es de matadores de toros, ni es de lidiadores, ni es tener cabeza de de torero aunque se cubra con montera. Si hubiera afición al toro, cuando un torero hace eso y deja el toro descolocado, y empieza el capoteo, y peones para un lado y por otro, sería un motivo de enérgica protesta, por falta de cuidado, por falta de afición, por negligencia, y por ser un síntoma clarísimo, inequívovo, de incopetencia"
Gregorio Corrochano (¿Qué es torear? Introducción a las tauromaquias de Joselito y Domingo Ortega)
Foto :Manón
Desgraciadamente ese es el pan nuestro de cada día. Como casi siempre, el maestro Corrochano tiene más razón que un santo.
ResponderEliminarEl Maestro Corrochano fuél el primer trincón conocido,
ResponderEliminarhay que conocer la historia y no dar la paliza.
Caramba, pues unos pocos "trincones" de este corte nos harían falta ahora entre los denominados críticos taurinos y en los medios de comunicación, incluidas las webs "sobrecogedoras", que manipulan vendiendo el humo que supone la fiestecilla circo en la que "quitar" es algo que ya es historia antigua porque habitualmente NO HAY TORO, NI SUERTE DE VARAS, NI LIDIADORES
ResponderEliminarPgmacias