"A mi modesto entender, la única justificación para la presencia de un torero en el ruedo, es la presencia de un toro al que haya que dominar, que exija valor y conocimientos y cuya muerte sea el resultado de un combate (uno de los sinónimos de lidia), se haya desarrollado éste por la vía del arte o de la lucha, pero siempre a través del dominio y de la demostración de supremacía del hombre frente a la fiera, que es el objetivo primario de la fiesta. Si no hay fiera, la supremacía es indemostrable y el combate pierde sentido. Esta premisa vale para todos, artistas o legionarios, y la división que pretende hacer el taurinismo entre corridas “duras” o “blandas” es falaz porque, si hay casta, todas las corridas son duras, aunque el toro sea noble y repetidor. La diferencia está en el riesgo y en la calidad del torero, artista o no, para enfrentarlo. Actualmente, la casta y la bravura son características que definen al toro “intoreable”. La historia nos demuestra que no es así."
Opsen. (en un comentario que nos envió al blog)
Mas claro el agua.
ResponderEliminarEstando en lo fundamental de acuerdo con mi admirado Opsen, me gustria "matizar" tan solo, un aspecto de su texto y es el concepto de que "la lidia sirve para demostrar la supremacia del hombre sobre la fiera". Con toda modestia, me gustaria decir que la supremacia del "hombre sobre la fiera" no necesita demostración alguna. Ni desde elpunto de vista biológico, ni mucho menos desde el punto de vista filosófico. Dicha superioridad es evidente; basta con atender a las leyes de la evolución de las especies o simplemente a la influencia de una especie y otra sobre la vida del planeta. A mi modo de ver el gozne de la fiesta no está en demostrar algo tan evidente; el eje de la tauromaquia es demostrar a los espectadores y aficionados, la superioridad de la inteligencia y la razón atemperadas con el valor, sobre el instinto y la fuerza.El torero, venciendo al miedo con la razón y guiado por la ética, "ordena el caos" para crear belleza. La ética pues debe ser esencial en el torero y en el plano simbolico, en el ser humano, en su relación con la naturaleza. El mensaje es: el hombre no debe jamás abusar de la naturaleza. Por eso,porque el torero está guiado en su acción por la ética, torear es dar ventaja al toro para terminar sometiendolo. Como decía Bergamín: el torero no "engaña" al toro; lo "desengaña". Juansintierra
ResponderEliminarImportante e imprescindible esa consideración de la ética en la relación del hombre con la naturaleza en una sociedad en la que la ética ha pasado a mejor vida en cualquier relación del hombre incluso con sus semejantes más próximos, reivindiquemos y practiquemos esta acertadísima idea de Juan y seremos más humanos.
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