"en la finca del Marqués de Albaserrada, vive y trabaja otro francés, Fabrice Torrito. Ese día de octubre él tenía la cara desencajada y su mujer, Isabel, presentaba lágrimas en los ojos, y es que aquella noche el almacén que albergaba su cosecha de forraje acababa de convertirse en humo."
Nota: sólo nos resta mandar nuestro ánimo a Fabrice y a su gente.
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