Leo el artículo, de plena actualidad, en nuestra página web de cabecera. Copio el inicio:
"La aparición de las primeras multas por afeitado ha provocado una intolerable reacción por parte de los ganaderos sancionados y de algunos cronistas que olvidan su deber de defender al público y la integridad del toro. Varios periódicos han dado asilo a los defraudadores para crear la confusión entre los lectores y entre todos evitar que se castigue a los culpables. Se está atacando al único político que defiende a los aficionados y lo hacen de forma rastrera. Se rechazan los métodos científicos de analizar las astas, después de aceptarlos durante más de veinte años. Y para colmo algún “santón” de la crítica madrileña protege a los del serrucho mientras presume de salvador de la fiesta."
Alfonso Navalón
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