lunes, noviembre 28, 2016

Sobre la tarde de la confirmación de Ginés Marín en México

La mejor noticia en mucho tiempo fue la confirmación de alternativa de Ginés Marín. El muchacho de Jerez de la Frontera estuvo enorme en su primero. Memorables fueron la verónicas sin enmendar y la serpentina. Luego, con la muleta, Ginés demostró un sitio, un aguante y una clase que convencieron a todo el cónclave. El toro era tardo y se agarró al piso, pero cuando hay voluntad y sitio eso es lo de menos. Si el imponente morlaco tenía veinte pases, esos fueron exactamente los que le pegó Marín, reposado, ganándole siempre el paso al astado y luciendo como si llevara diez años de alternativa y no sólo seis meses. El valor seco y el temple estuvieron presentes en grandes naturales y hasta en las joselillinas. La estocada de por sí valía la oreja, pero el cretino del biombo no cedió ante la mayoritaria petición. Aquí no se premia a los que lo merecen ¡faltaba más! Estamos esperando a los embusteros de siempre para regalarles orejas por bailar un minué con sus escogidas musarañas.
Vino el segundo turno de Gines Marín y a pesar del frío polar y la ventisca, nadie se había movido de su localidad. Hubo ahí tres verónicas de recibo que hubieran sido coreadas por el mismísimo don Luis Castro “El Soldado”. El quite por saltilleras le puso los pelos de punta a más de uno. Tristemente el toro no llegó con entusiasmo a la muleta, y pese a la porfía del andaluz todo quedó en la esperanza de volverle a ver pronto.

(…)
Los cabales salieron del coso máximo contentos por haber visto una señora corrida de toros y por haberse emocionado con un torero de verdad, Ginés Marín. 

Las fotos son de Aplausos

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