martes, marzo 31, 2015

Ayer se apostó por la esencia de la Fiesta, que es la imprevisibilidad. Y nos llevamos un chasco gordo. Pero se demostró que la gente también quiere eso. Un dato a tener en cuenta es la cantidad de gente joven que se desplazó a Madrid ayer, gente de 17 a 25 años. Era una ilusión, era pura emoción, era ver hasta dónde un torero es capaz de entregarse. Y Fandiño fue más humano que nunca. Ni la corrida puso a prueba de verdad al hombre. Pero ya solo anunciarse, prepararse y mentalizarse para una tarde así era un reto enorme... Y estoy seguro que la preparación era brutal y probablemente no fue suficiente. Ayer no era una tarde de previsiones orejeras. El triunfo era otro. Ayer la misma esencia, la imprevisibilidad, nos estrelló contra el peor resultado posible. Fin... Pero qué bonito fue vivirlo!

Andrés Verdeguer - Cornadas para tordos -
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Este ejemplo está ahí para que lo puedan repetir otros toreros más encopetados. Ya verán como no cunde el ejemplo. Es más cómodo y fácil garantizarse el triunfo con ganado a modo que devolverle la esperanza a la afición y a la Fiesta. 

El gesto de Fandiño sí tenía el reto de regenerar la Fiesta y ese fue el detonante fundamental para el fallo del torero: Quiso echarse la Fiesta a sus espaldas y se le vino encima. Eso sí, queda nuestro agradecimiento por su gesto.


Antolín Castro en Opinión y Toros 

1 comentario:

  1. El primer comentario que le hice a mi compañero de viaje cuando llegamos a Las Ventas: estoy impresionado de la gente joven que ha venido hoy a la plaza. Y esa es la mejor conclusión que se puede sacar del, por otro lado, nefasto festejo. Qué pena que todo ese público joven ávido de la emoción prometida en los días y semanas previas no pudiera llevarse mejor recompensa; pero es algo que no se debe perder de vista: cuando alguien con peso específico da la cara para dignificar la Fiesta, la juventud responde, de lo que se deduce que una fiesta con visos de autenticidad, con el toro como primer protagonista, puede tener recorrido en los años venideros. Gracias a todos esos chicos y chicas que con su presencia nos hicieron concebir esperanzas de un futuro óptimo.

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