viernes, marzo 15, 2013

Sentirse torero (José Luis Cantos Torres)


SENTIRSE TORERO

En la actualidad echo en falta en la coletería andante, la torería que desprendían las figuras de otros tiempos, como si de un aroma embriagador se tratara. Lógicamente en la fragancia, se fusionaban sin separación posible, amor y pasión, superación y ambición, gestos y gestas, y, personalidad y ego, en definitiva, un fuerte compendio sensorial que dotaba a las viejas figuras de una popularidad seductora. Esta aureola la lucieron con fuerte atracción maestros como, LagartijoFrascueloEsparteroGuerrita, Reverte, Fuentes, el GalloJoselito, Belmonte, Sánchez Mejías, Cagancho o Manolete. Aún recuerdo cuando el maestro Curro Romero confesó en el programa Clarín, su irremediable retirada. La sincera confesión invadió su timbre de voz de una profunda emoción de pesar, revelando que el veterano faraón de vuelos mágicos, se angustiaba de dolor por el inminente fin del sino de su existencia. Ese sentimiento torero fascinó en otras épocas, a intelectuales, músicos, pintores, escultores, escritores, actores, actrices, autoridades de diferente ideología y como no, a un nutrido y efusivo número de aficionados que llegó a dividirse de forma candente, entre tal o cual torero, creando una pasión que hoy en día desafortunadamente no existe.

 Ilustración: Antonio Reverte

2 comentarios:

  1. Sí, muy cierto y totalmente de acuerdo. Gracias. Excelente reflexión de épocas de toros y torería sin Internet, sin 'facebook' ni 'Tweeter', cuando la fiesta brava era aún más propia de España y de sus naciones taurinamente homólogas. Turismo sí, dilución -disolución del pudor y celo en términos de tauromaquia... ¡NO! Ahhh, aquellas estampas toreras del s. XIX y principios del XX, ¡qué sabor y poema! Láminas de antaño, antes de que tomara vuelo la fotografía (no fue el mismo daño de las otras tecnologías de hoy día, al contrario, tratóse de una mejoría) que presentaban esa sensación de toros, la emoción de 'sentirse torero' como Vd. alude; V E R toreros dentro y fuera de la plaza, con y sin el atuendo de luces. Nostalgia bella en vida y muerte, días de arte añejo, clásicos, nunca someros; auténticamente toreros. // Atte., Torotino.

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  2. Ciertamente, la pasión y el romance taurino de 50 años atrás y más, ¿verse a 20 años entrados el s. XXI? Curiosa paradoja. Pero aquellos recuerdos del 'sentirse torero' no dejan de ser un suspiro sincero de añoranza e inspiración en el alma del buen aficionado. De nuevo, gracias. // Atte., Torotino.

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