MAS
DE LO MISMO, CON TENDENCIA A PEOR
Recién
iniciada la temporada, al aficionado le quedan pocas esperanzas para
que el rumbo decadente de la tauromaquia que se inició años atrás
pueda enderezarse. Los monopolios taurinos que manejan el entramado
siguen empeñados en mantener unas estructuras que si bien les
permite repartirse las escasas ganancias que genera aún este
espectáculo, en nada se preocupan por regenerar el mismo, ni por
conseguir atraer a más publico o por fabricar más aficionados.
La
Fiesta Taurina cada año sigue arrojando más estadísticas negativas
y esta crisis no es solo económica, sino que el verdadero problema
se encuentra en la génesis del espectáculo al que cercenaron en
emoción, riesgo y apartaron a su verdadero protagonista: EL TORO, de
sus más genuinas virtudes para convertirlo en animal amable y
semi-domesticado.
Así,
las ferias se constituyen en dos partes, que los malditos portavoces
jaleadores de esta situación, han bautizado como parte torista la
una y torerista la otra.
A
base de repetir este esquema, embaucan y dirigen la masa taurina
hacía derroteros que denigra en primer lugar al toro encastado y
después entronizan a los cinco o seis toreros que solamente se
enfrentan al toro aborregado.
Esta
tauromaquia al revés que nos quieren hacer tragar, resulta que sitúa
el norte abajo y el sur arriba.
Mientras
no se recupere la verdadera competencia entre quienes quieren ser
verdaderos figuras y aquellos que aspiran a serlo, y todo ello ante
ganado encastado, esto mal a funcionar.
Mientras
muchos ganaderos se plieguen a las exigencias de criar el toro dócil
y fácil que exigen estas presuntas figuras, la Fiesta seguirá en
decadencia y después que no vengan los empresarios con prorrogar
días para comprar abonos o con campañas publicitarias. El
aficionado es mayor de edad y ya no pica en estos anzuelos. Que
tiempos aquellos en los que conseguir un abono de barrera en Sevilla
era poco menos que imposible y hoy se encuentran en taquilla o
sencillamente el aficionado compra entradas sueltas, harto ya de
tanto engaño.
Con
este negro panorama que los taurinos se han encargado en seguir
maltratando, queda por referir una parte, la cual no es menos
importante, y que no es otra que aquella en la cual recae la
responsabilidad de velar por el fomento y la integridad, y es aquí
donde los aficionados tenemos la obligación legítima de exigir que
cumplan con su principal misión de defender la Fiesta y a quien la
consume, rechazando de plano aquellas tesis de los taurinos para
continuar con más de lo mismo. La mal llamada Autoridad, que ampara
antes al taurino que al aficionado, no quiere, no sabe o no puede en
la medida de sus competencias reglamentarias poner las cosas en su
sitio y hacerse cargo de la situación. Prefiere la táctica del
avestruz y los mejores problemas son los que niega su existencia.
Ante
el inicio en Sevilla de la temporada, que nadie espere algo distinto
a las temporadas anteriores, y en base a ello seguiremos asistiendo a
faenas anodinas ante el toro anovillado, ausencia de suerte de varas,
toreo sin cargar la suerte, carente de emoción y orejas devaluadas.
Sevilla,
19 de marzo de 2013
La solución es fácil, !! No Renovar los abonos!!
ResponderEliminarNo pedir orejas devaluadas.
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