Para él, se ha perdido el sentido de la «autocrítica» y se ha referido a que, en general, se entiende que el veterinario, para los empresarios, los matadores y los apoderados, debe ser un «ente domado» a sus intereses para ser aceptados.
También ha calificado como «toreo light» el que están imponiendo algunas de las figuras actuales del toreo, que viven en su «nube»; y el resto «sobrevive», a lo que ha añadido que el toro de lidia es el más «ninguneado».
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