" Es indudable que si los toros no embistieran no habrìa toreo posible y que todo el arte de torear no hubiese existido. Sin embargo ahora vemos salir al ruedo con tanta frecuencia, que casi dirìamos que no vemos otros, toros que no embisten. En cambio, vemos en la mayorìa de esos toros que no embisten toros que pasan, es decir, que siguen facilmente el engaño de la muleta o de la capa con tanta docilidad como si estuviesen amaestrados.
Nos parece entender que esa diferencia que decimos entre un toro y otro, uno que embiste, otro que pasa, (....), es lo que separa un toro bravo de otro que no lo es."
José Bergamín
José Bergamín
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