Toros: 6 de Bernaldo de Quirós, feos, sosos, mansos, débiles; en suma: ¡un asco! Al que abrió plaza, un rumiante bobo y claudicante, Armillita IV le cortó una oreja de risa. Uno de Vistahermosa, que hizo séptimo, regalado por Perera. Ese bicho anovillado medio embistió y el extremeño le cortó dos orejas de utilería. Uno de Barralva, que hizo octavo, regalado por El Payo.
Vergonzosamente chico y falto de fuerza y raza.
(...)
Este barco se hunde sin remedio. Las orejas de bisutería, los toros de obsequio y demás zarandajas sólo ahuyentan al público de la plaza. ¿Por qué? Porque sin emoción, peligro, rito y seriedad, aquí no hay nada. Faltan criadores de bravo con pundonor y faltan toreros honrados. La pobre Plaza México está convertida en una cueva de ladrones, mismos que se hacen llamar ganaderos, empresarios taurinos, jueces de plaza y figuras.
Gastón Ramírez Cuevas- Aquí la crónica -
impesentables no entiendo a la aficion Mexicana ,como pueden aguantar esto ¡¡¡
ResponderEliminarmal por los veterinarios mal por el presidente mal por el ganadero mal por la aficion de la mexico por permitirlo y mal por perera por prestarse asemejante estafa.....
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