Lo cierto que cuanto más se reduzca el números de encastes en vía de extinción la Fiesta se verá más dañada y sobre todo el buen aficionado que le reducirán las diferentes lidias y la emoción que traen a los ruedos la lidia de determinados encastes.Frente a esa posición tenemos la de José Moya, dueño de la ganadería de El Parralejo. les enlazo al post que escribió Antonio Díaz en donde , entre otras cosas, se lee:
A la suerte de varas le dio importancia cero, que no vale para nada -literal-, e insistió en que el caballo no es el "aparato" donde hay que medir la bravura. Llevamos trescientos años equivocados. Respecto a las interminables discusiones entre defensores del encaste Domecq y partidarios de la riqueza genética no se andó con rodeos: quien paga manda, el público es soberano, y si quieren Domecq, Domecq tendrá que ser. Para los demás, sopa de ajo.Foto: Mariano Cifuentes
Con mas razon hay que seguir luchando, y al de El Parralejo, que ponga su picador favorito en lo de Ceret, vaya un ganaduros.
ResponderEliminarPedrés (Puro Raboso) ha mandado todo al matadero la semana pasada. Uno más...
ResponderEliminarUn saludo.
Álvaro D.