lunes, marzo 06, 2006

Y podía ser peor.

Cervecitas, bocadillo, cafelino y pa’dentro antes de que se forme el pollo en la puerta. Las figuras y los toros artistas de la ganadería indultada en Motril, lleno en los tendidos y exceso de aforo en el callejón que tenían ocupados los burladeros media hora antes del inicio, durante la corrida el callejón era como el metro en hora punta, el presidente llegó tarde, poco pero tarde y el paseíllo se inicio con cinco impresentables minutos de retraso, mientras tanto los típicos tardones molestaban a los aficionados que procuramos llegar con tiempo en esta preciosa pero incomoda plaza.

Salieron los alguaciles a despejar la plaza, para que acto seguido los fotógrafos rompieran el ritual del paseillo, esto es una horrorosa costumbre que parece nadie va a poner freno, incluso en las ventas en ocasiones un cámara hace el paseillo con los de luces, el ritual es tan importante como el rito en si mismo. Enrique Ponce, de Mercromina y Oro, Morante de la Puebla de Café con Leche, corto de café y Oro con remates negros y Miguel Ángel Perera de Sangre Frita con cebolla y Oro para 6 impresentables escombros 6 de la desprestigiada ganadería de Zalduendo.


Valenciano y sevillano llegaron, vieron y se fueron, supongo que después de cobrar sus emolumentos.


El paisano sacó el manual de cortar despojos, antes había dejado unas gotas de esencia en un brillante quite por ceñidas chicuelinas, y puso en práctica un toreo muy por debajo de sus posibilidades, muy por encima de lo que la basura enviada por Fernando Domecq merecía, toreó Miguel Ángel Perera largo pero despegado, templado pero acelerado, nada del otro mundo.

Crónica oficial de Antonio Castañares, que resalto porque justifica que la primera faena sólo obtuvo un despejo por una estocada defectuosa y silencia que en la segunda, premiada con dos orejas, el de Puebla de Prior pinchó antes de dejar la estocada definitiva.

Si no llega a ser por el bacalao dorado que a la vuelta degustamos en la Venta Don Jose en Badajoz, no hubiera merecido la pena acercarse a Olivenza, al menos nadie podrá decirnos que por qué criticamos lo que no hemos visto.

1 comentario:

  1. yo no lo he visto, pero trás leerte lo doy por visto. Me alegro por lo del bacalao dorado.

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